El Fondo Monetario Internacional (FMI) le dio algo de respiro a Argentina al suavizar las metas económicas en su préstamo de U$S 44.000 millones, pero algunos pronósticos más optimistas que la realidad podrían derivar en un nuevo fracaso.
El FMI recortó esta semana el nivel de reservas de divisas que el Gobierno necesita acumular para fines de este año en U$S 1.800 millones, citando una gran sequía que ha afectado la producción de soja y maíz, los principales productos de exportación. El organismo rebajó bruscamente el objetivo para el primer trimestre.
Pero los analistas señalaron algunas presunciones "optimistas" en la revisión del país del prestamista con sede en Washington, diciendo que los objetivos de inflación, la producción de cultivos, los objetivos fiscales e incluso las metas de acumulación de reservas ya parecían estar fuera del alcance.
El FMI fijó la inflación para 2023 en un 60% frente a la mayoría de las previsiones de los analistas por encima del 100%. Ha recortado su perspectiva para la soja, su principal cultivo, pero a 45,5 millones de toneladas por encima del pronóstico de las bolsas de granos locales que prevén una cosecha de 25 a 27 millones de toneladas. Su pronóstico de crecimiento en 2% se dispara y muchos prevén una contracción.
¿Qué dicen los analistas?
"En nuestra evaluación, estos pronósticos son demasiado optimistas", escribió Sergio Armella, de Goldman Sachs, en un informe, y agregó que parecía poco probable que el país hubiera alcanzado las reservas ajustadas y los objetivos fiscales para el primer trimestre recientemente completado.
Armella añadió que Argentina, el mayor deudor del FMI, enfrentará presiones cada vez mayores más adelante en el año a medida que el país se acerca a las elecciones presidenciales de octubre, donde el Gobierno enfrenta una batalla por mantenerse en el poder, con crecientes niveles de pobreza.
"El riesgo de que las autoridades se desvíen aún más de los objetivos del programa aumentará antes de las elecciones presidenciales de octubre y las elecciones (primarias) del verano (boreal)", detalló.
Stuart Culverhouse, economista jefe y director de investigación de renta fija de Tellimer Research, comentó que "el compromiso de apegarse al programa (...) podría volverse más desafiante a medida que se acercan las elecciones". "La evidencia de un compromiso debilitado, en todo el espectro político, podría poner en peligro la finalización de las próximas revisiones", agregó.
Esas revisiones de cómo le está yendo a Argentina frente a sus objetivos económicos están vinculadas a los desembolsos programados de fondos. El incumplimiento de las metas podría estancar el programa u obligar al FMI a ajustar aún más las metas.
Kimberley Sperrfechter, economista para América Latina de Capital Economics, detalló que seguía siendo una "orden difícil" cumplir con el objetivo de acumulación de reservas para fin de año, a pesar de que se redujo a U$S 8.000 millones desde U$S 9.800 millones.
Los objetivos de reservas netas del FMI son la cantidad que Argentina necesita acumular a lo largo del tiempo por encima de una línea base de U$S 2.277 millones a fines de 2021. Los funcionarios del FMI dijeron que para el 23 de marzo, las reservas netas estaban alrededor de 1.000 millones por debajo de la meta de fines de marzo.
Además, sostuvo que "la sequía histórica que aflige a Argentina provocará una contracción del PIB más pronunciada de lo que la mayoría espera este año e intensificará las tensiones en la balanza de pagos al reducir los ingresos por exportaciones en una suma del 2% al 3% del PIB".
"Eso dificultará el cumplimiento del objetivo de reserva de divisas del FMI (revisado a la baja) y aumenta el riesgo de una devaluación desordenada", concluyó. (Reuters)