“Por el momento no declararé; lo haré cuando me lo indique mi abogado”. La frase fue repetida los seis imputados por el crimen de Pablo Maximiliano Mariotti (36 años). Ayer, en la primera audiencia del juicio, se leyeron las tres teorías del caso: la que el Ministerio Público Fiscal sostiene, la que planteó el acusado Lucas Alfredo Gordillo (30 años) y la que asevera su consorte de causa, Alexis Yamil Salis (23 años). En el hecho además están imputados Solange Manzaraz Beltramino (27 años), Rolando Jesús Morán (29 años), José Miguel Escudero (33 años) y Ramón Osvaldo Manrique (28 años).
Ante el silencio de los detenidos, los jueces Luis Morales Lezica, Wendy Kassar y Fernanda Bähler pidieron que se leyeran las declaraciones que dieron durante la instrucción de la causa.
Hipótesis fiscal
Según el requerimiento de elevación a juicio, entre el 5 y el 7 de febrero de 2020, los imputados planificaron matar a Mariotti para quedarse con sus bienes. La víctima se desempeñaba como prestamista en sociedad con Gordillo, el primero ponía el capital y el segundo se encargaba de los cobros. Con ese objetivo los cinco hombres habrían ingresado a la casa de Mariotti, en La Madrid al 1.300 y habrían estrangulado a “Maxi” utilizando dos sogas. Luego se fueron del lugar con joyas, alhajas, dinero y títulos de propiedades que el prestamista había heredado.
La teoría del Ministerio Público, que en este juicio será argumentada por la fiscala de Cámara Marta Jerez, indica que los imputados cargaron el botín y lo dejaron luego en casa de Manzaraz Beltramino, en Villa 9 de Julio.
Más tarde Gordillo, Salis, Escudero, Morán y Manrique se encargarían de cargar el cuerpo en la camioneta Mitsubishi del padre de Salis y lo transportarían hasta un taller de calle Olleros al 100, al sur de la capital, donde cavaron un pozo en un jardín delantero de la propiedad y enterraron en cuerpo. Luego, con el fin de dificultar la investigación, se llevaron la motocicleta Yamaha de la víctima y la abandonaron con las llaves puestas frente al predio del ex arsenal, en Las Talitas. Finalmente, para borrar sus huellas, incendiaron la propiedad, causando la muerte de un perro.
Todos los acusados fueron detenidos en el corto plazo, excepto por Lucas Gordillo, que se fugó y se habría refugiado en Tarija según lo que planteó otro acusado.
“Tonada cordobesa”
Aprovechando que Gordillo se había esfumado de la provincia, Salis pudo declarar primero. El ex socio de Mariotti lo desmentiría casi un año después, cuando cayó detenido por haber vuelto a Tucumán para visitar a Manzaraz Beltramino.
Salis declaró que apenas había visto un par de veces a la víctima y que a Gordillo lo conoció en los boliches y así se hicieron amigos. Dijo que ese 5 de febrero fue a buscarlo para consultarle quién podía ayudarlo a reparar una notebook rota. Lucas le habría dicho que fueran a ver a Mariotti.
Según el acusado, cuando llegaron a la casa de La Madrid al 1.300 “Maxi” les abrió la puerta y los hizo pasar pero allí dos personas encapuchadas y con “tonada cordobesa” los encañonaron y les dijeron que si no se movían no les pasaría nada. Salis sostuvo que en ese momento le quitaron todas sus pertenencias, pero que en un momento le devolvieron las llaves de su camioneta y le dijeron que se la llevara a su padre (que habría estado llamando para que Yamil la devolviera). Dijo que lo amenazaron y lo siguieron para asegurarse que el joven volviera al lugar del hecho. Allí le habrían tapado la cabeza.
Explicó que más tarde Gordillo le pidió que trajera la camioneta de nuevo y que colaborara porque sino la pasarían mal. Así fue como trajo de nuevo el vehículo, cargaron el cuerpo y lo llevaron hasta el taller, donde dijo que lo obligaron a cavar la tumba. “No me involucré en ningún plan, la participación que tuve fue bajo amenazas”, aseveró. En su relato le tiró buena parte de la responsabilidad a Gordillo.
“Yo sólo encubrí”
Tras caer preso en 2021, Gordillo negó la acusación y sostuvo que “quería a Yamil como a un hermano menor” y que al saber que el joven quería alquilar una propiedad, y que Mariotti tenía una para ofrecerle, pretendía ofrecerse como mediador porque el prestamista habría considerado que Salis no tenía la solvencia para poder pagar.
Según su versión, pactaron que el día del hecho se encontrarían en casa de Mariotti, pero cuando llegó al lugar fue Salis quien le abrió la puerta. Al ingresar vio todo desordenado y Yamil le habría dicho “no me dejes tirado”. Al pasar a una habitación habría encontrado a la víctima sin vida sobre un charco de sangre. Gordillo aseguró que vomitó al ver la escena y que el otro imputado lloraba y le suplicaba que no lo delatara. “Me dijo que creía que podía encontrar plata ahí, yo que trabajaba con ‘Maxi’ sabía que él nunca cargaba la plata”, se leyó sobre sus dichos.
Lucas aseguró que Salis lo convenció de encubrir el hecho. Dijo que le dejaron la valija a Solange sin que ella supiera nada del tema. Luego, indicó que les pidió ayuda a Escudero y a Manrique, que trabajaban para él en un emprendimiento de seguridad privada, pero que ellos colaboraron sin saber que estaban siendo parte de un delito.
Por último, planteó que por la gran amistad que tenía con Morán, le pidió ayuda y lo involucró para que los ayudara.
Si bien Salis y Gordillo se acusaron de forma opuesta. El testimonio de María Cecilia Gordillo, hermana del acusado, los hundió a ambos por igual.
Hermana y testigo clave: Cecilia Gordillo complicó a dos de los acusados
El tribunal le recordó a María Cecilia Gordillo (41 años) que la ley no le permite declarar en contra de su hermano. Teniendo en cuenta esa premisa, la mujer fue un poco menos explícita que cuando había declarado para la instrucción de la causa.
Señaló que es hermana del acusado Lucas Gordillo y que conoce a todos los imputados. También contó que conocía a la víctima porque crecieron juntos en la cuadra de pasaje Zuviría al 200 y porque Pablo Maximiliano Mariotti se había acercado a su hermano en el último tiempo.
“Cuando vi lo que pasó con la desaparición de este chico sospeché. Encontré el teléfono que usaba mi hermano para manejar el emprendimiento que tenemos de seguridad privada y lo revisé. Había mensajes de Yamil (Salis) diciéndole ‘hay que enterrar eso’. No era muy específico, pero fui haciendo conjeturas y me presenté a declarar. Sentí que debí decir lo que había visto”, señaló María Cecilia Gordillo. Su declaración fue uno de los disparadores en contra de los acusados. Luego se sumaron más detalles al caso. Este testimonio desbarató las versiones que dieron Salis y Lucas Gordillo, que pretendieron exculparse inculpando al otro.
Las primeras sospechas: los respuestas “frías” que recibió el primo de Mariotti
El primer testigo en pasar a declarar fue el primo de la víctima, Eneas Agustín Mariotti (48 años). El hombre contó que el 6 de febrero de 2020 le escribió a Pablo Maximiliano Mariotti para preguntarle cómo estaba. Dijo que se habían reunido en enero y que el prestamista le había dicho que había cobrado una herencia y que con eso había empezado un nuevo negocio, pero no le aclaró cuál. “Le comenté que el 14 festejaría mi cumpleaños y que no se perdiera, a lo que me respondió: ‘si, dale cumpa’. Fue una respuesta muy fría para como nos tratábamos con mi primo, ahí empecé a sospechar”, sostuvo. Al poco tiempo los amigos de la víctima lo contactaron para decirle que no podían localizarlo; Eneas dijo que tampoco pudo hacerlo. “Esa noche nos enteramos del incendio y me fui a hacer la denuncia por desaparición, porque soy el único familiar que Maxi tenía en la provincia. Cuando vi la casa descubrí que sólo quemaron algunas habitaciones específicas”, concluyó.
Solange Manzaraz B: “Nunca en mi vida vi a Mariotti”
“Nunca en mi vida vi a (Pablo Maximiliano) Mariotti. Sólo sé que Lucas (Gordillo) lo ayudó a desalojar una casa. Nunca recibí alhajas ni joyas de ninguno de ellos. Sí es verdad que Lucas y Yamil (Salis) dejaron una valija en mi casa pero nunca supe qué contenía”, declaró durante la instrucción Solange Manzaraz Beltramino, quien era pareja de Gordillo. “Lucas se fue de un día para el otro diciéndome que se iba a buscar trabajo. Al poco tiempo me estaban allanando la casa. Yo no entendía nada; creí que Mariotti iba a aparecer y que se aclararía todo”, agregó.
Rolando Jesús Morán: “Me pidieron ayuda”
“Lucas (Alfredo Gordillo) y Yamil (Salis) me contactaron. Les dije donde estaba y vinieron a buscarme. Me pidieron que los ayude y yo colaboré. Después Lucas se fue a Tarija (ciudad de Bolivia). A los pocos días empezaron a allanarnos las casas. Lo llamé y me dijo que volvería y se entregaría”, declaró durante la instrucción Rolando Jesús Morán. El joven de 29 años, que trabajaba como ayudante del legislador Gerónimo Vargas Aignasse, fue despedido cuando se lo acusó de este crimen.
Las claves del caso
La acusación fiscal sostiene que la banda planificó el hecho para apoderarse de los bienes de la víctima. Luego borraron evidencias pero una testigo los expuso
En busca de dinero y propiedades
Según la acusación, los seis acusados se dividieron tareas para planificar y ejecutar el crimen del prestamista Pablo Maximiliano Mariotti, quien había heredado una suma importante de dinero y varias propiedades. Los autores sabían que la víctima no tenía familia en la provincia prácticamente. Entre el 5 y el 7 de febrero de 2020 ingresaron a su casa y lo estrangularon con una soga.
Entorpecimiento del proceso
Lo primero que hicieron los asesinos fue cargar el cuerpo de Mariotti en una camioneta y trasladarlo hasta un taller de calle Olleros al 100. Allí lo enterraron. Luego llevaron la moto de la víctima y la abandonaron en Las Talitas para despistar a los investigadores. Finalmente, para borrar sus huellas, prendieron fuego la casa de calle Lamadrid al 1.300 donde mataron al prestamista.
Una declaración
A días del hecho se presentó a declarar María Cecilia Gordillo, hermana de un acusado. La mujer sostuvo que había leído unos mensajes que comprometían a Lucas Gordillo y a Alexis Yamil Salis. Como los textos estaban en un teléfono que utilizaban para trabajar en un emprendimiento familiar, la mujer consideró que debía contar lo que había visto. Así empezó la caída de los acusados.