MOSCÚ, Rusia.- El gobierno de Vladimir Putin confirmó que Rusia trasladará sus armas nucleares tácticas cerca de las fronteras occidentales de Bielorrusia, dijo el enviado ruso a Minsk, en el umbral de la Alianza del Atlántico Norte (OTAN), una medida que probablemente intensificará el enfrentamiento de Moscú con Occidente.
Se trata de una de las señales nucleares más pronunciadas de Rusia, desde el comienzo de su invasión de Ucrania hace 13 meses. Rusia y Bielorrusia son vecinos que forman parte formalmente de un “estado de unión” y llevan años en conversaciones para integrarse aún más, un proceso que se ha acelerado después de que Minsk permitiera a Moscú utilizar territorio bielorruso para enviar soldados a Ucrania, en 2022.
Las armas “se trasladarán a la frontera occidental de nuestro estado de unión y aumentarán las posibilidades de garantizar la seguridad”, dijo el embajador ruso en Bielorrusia, Borís Gryzlov, a la televisión estatal bielorrusa. “Esto se hará a pesar del ruido en Europa y Estados Unidos”, añadió.
Gryzlov no especificó dónde estacionarán las armas, pero dijo que antes del 1 de julio se completará un galpón, como ordenó Putin, y luego se trasladará al oeste de Bielorrusia.
Bielorrusia limita al norte con Lituania y Letonia y al oeste con Polonia, todos parte del flanco oriental de la OTAN que ha sido reforzado con soldados y equipos militares extra tras la invasión rusa de Ucrania. El presidente, Alexander Lukashenko declaró que Bielorrusia también permitiría a Rusia colocar allí misiles nucleares intercontinentales si fuera necesario.
La OTAN confirmó que hoy, Finlandia se convertirá formalmente en el miembro n° 31 de la organización. Fue el proceso de adhesión más rápido de la historia de la alianza militar.
En respuesta, Rusia advirtió que reforzará su seguridad en la frontera con el país. Ambos comparten 1.300 km, lo que significa que ahora la frontera de la OTAN con Rusia se duplicará. La guerra en Ucrania empujó a Finlandia y Suecia (cuyo ingreso sigue en suspenso) a pedir ser aceptada en la alianza atlántica.
Con Brasil
Mientras tanto, distintos países intentan abrir discusiones sobre una posible paz en la zona. La semana pasada, el presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, envió a su principal asesor de política exterior a hablar con Putin, sobre posibles conversaciones de paz para poner fin a la guerra en Ucrania.
“Sería una exageración decir que las puertas están abiertas (a las conversaciones de paz), pero no es cierto decir que están totalmente cerradas”, dijo el enviado Celso Amorim a CNN Brasil en una entrevista publicada en su sitio web.
Amorim, que fue ministro de Asuntos Exteriores de Lula de 2003 a 2010, dijo que se reunió con Putin durante una hora el jueves en el Kremlin, como parte de un viaje que no había sido anunciado previamente.
Dos funcionarios del gobierno dijeron que Amorim se detuvo en París en su camino de regreso a Brasil, pero no proporcionaron detalles de sus compromisos. Tampoco el Ministerio de Asuntos Exteriores de Brasil o la oficina del presidente ampliaron detalles sobre el viaje.
Lula ha propuesto crear un grupo de países para mediar en las conversaciones de paz entre Rusia y Ucrania, que libran una guerra hace más de un año.
Amorim dijo que almorzó con el ministro ruso de Asuntos Exteriores, Sergei Lavrov, que visitará Brasilia el 17 de abril, y fue recibido por el secretario del Consejo de Seguridad, Nikolai Patrushev, y el asesor de asuntos internacionales Yuri Ushakov. “No existe una solución mágica, pero llegará un momento en que, en uno u otro bando, surgirá la conciencia de que el costo de la guerra -no sólo el costo político, sino el costo humano y económico- será mayor que el costo de las concesiones necesarias para la paz”, declaró Amorim. (Reuters)