Piden que los rectores accionen contra los paros docentes

Padres de alumnos de colegios secundarios dependientes de universidades nacionales del país quieren que los rectores de esas casas de altos estudios accionen contra los gremios que adopten medidas de fuerza que impliquen la suspensión de clases. En pos de tal objetivo están haciendo circular un petitorio digital, dirigido al rector de la Universidad Nacional del Litoral, Enrique Mammarella, en su rol de presidente del Consejo Interuniversitario Nacional (CIN). En el artículo 1 del estatuto de la entidad se precisa que nuclea a las instituciones universitarias nacionales y a las provinciales reconocidas por la Nación, que estén definitivamente organizadas. Por supuesto, en la persona de sus rectores; en el caso de la Universidad Nacional de Tucumán (UNT), Sergio Pagani.

“Los abajo firmantes, padres, madres y adultos responsables de estudiantes de escuelas preuniversitarias de todo el país, nos dirigimos a usted a efectos de solicitarle la inmediata intervención del CIN en el conflicto sindical que afecta gravemente el normal desarrollo del ciclo lectivo 2023 en estas instituciones educativas”, comienza el petitorio.

En particular, los firmantes ponen el foco sobre la Federación Nacional de Docentes Universitarios autoproclamada “histórica” (Conaduh). El plenario de secretarios generales de esta organización votó el jueves pasado un paro a cumplirse del lunes 17 al sábado 22 del mes que acaba de comenzar. Esa asamblea se había realizado, precisamente, durante jornadas afectadas por una huelga votada previamente. “(Decidimos) sostener las medidas ante la falta de respuestas del Gobierno a la exigencia de la reapertura de la paritaria”, dicen las autoridades de Conaduh, en un comunicado.

“El acuerdo paritario para los docentes de universidades públicas fue consensuado por cinco de las seis federaciones sindicales del país. Conaduh (lo) rechazó, e inició un plan de lucha que alcanza a sus organizaciones de base. Esa medida de fuerza ya provocó la pérdida de 10 días de clase en marzo, y amenaza con extenderse. (El año pasado), nuestros hijos perdieron más de un mes de actividad escolar”, dicen en su reclamo al CIN. Y recuerdan que la mayoría de los colegios secundarios universitarios funcionaron de manera irregular durante 2021 debido a la pandemia, y que durante 2020 estuvieron cerrados por esa causa. “El panorama es desolador”.

Y aunque admiten la legitimidad del reclamo salarial de los docentes, piden que cesen las huelgas: “a nosotros, como a casi todos los argentinos, también nos afecta la inflación sin control. Pero es tiempo de poner algún límite a este vaciamiento de las escuelas a causa de los paros como único y permanente mecanismo de reclamo gremial”. En esa línea, consideran indispensable que se priorice el derecho a la educación de los chicos. “Las autoridades universitarias no pueden ser indiferentes al deterioro académico y social ante un servicio que se comprometieron a prestar de forma plena. Solicitamos que el CIN adopte las medidas administrativas y judiciales necesarias para garantizar el dictado de clases”, exigen. Y para cerrar ponen dos ejemplos: “las Universidades Nacionales de Cuyo y de Córdoba que avanzaron con el pedido de conciliación obligatoria; y (la primera) haciendo uso de sus atribuciones, (únicamente) abonó los días efectivamente trabajados”.