MotoGP: El show se vive en la pista y en la calle

Marcelo Rodríguez trajo el recuerdo de los viejos grandes premios del motociclismo mundial que se hacían en el país. La anécdota del bonaerense es muy curiosa; la empleó para reflejar los cambios de la máxima categoría de las dos ruedas. “Aquella vez saqué 50 fotos y en ninguna salió una moto”, dijo riendo. “Hoy tengo fotos, videos... De todo y de todas las máquinas”, agregó Rodríguez, luego de haber disfrutado el segundo día de acción del MotoGP en Las Termas. En alguno de los grandes premios antiguos -su memoria no le permite puntualizar cuál de los que se corrieron en las décadas del 60, 80 y 90- gastó (o mejor dicho malgastó) un rollo de fotos cuando solo existían las cámaras analógicas.

Ahora, gracias a la tecnología digital, Rodríguez tiene para elegir entre las tomas que les hizo a los españoles Alex Márquez (Ducati), Alonso López (Boscoscuro) y al japonés Ayumu Sasaki (Husqvarna), los que saldrán en la mejor posición de las grilla en las finales de hoy de MotoGP, Moto2 y Moto3, respectivamente. Ni qué hablar del triunfazo de Brad Binder en el Sprint, la nueva y apasionante carrera previa que entrega jugosos puntos antes de la prueba central del fin de semana. De ese Sprint, Rodríguez tiene cientos de fotos nítidas del paso del sudafricano y desde varios ángulos de la tribuna “Marc Márquez”, una de las de mejor ubicación en el circuito.

El grupo, que llegó desde San Antonio de Padua, ya había degustado unas hamburguesas y varias bebidas en el Fan Zone luego de las carreras, los shows y los sorteos. Los otros tres amigos coincidieron en que, escuchando el relato de Rodríguez, el Mundial cambió. “Hay muchos más fanáticos del MotoGP en general”, aseguró Nahuel Castillo. Pero inmediatamente comparó con la edición pasada. “Hay muchísima menos gente. La economía está muy caída”, teorizó como motivo de la baja concurrencia. Y nuevamente, usando un tono analítico, expuso: “el evento siempre está mejor”.

Esa es la astucia que tiene Dorna, la empresa organizadora. La crisis económica mundial -y la de cada país en particular- no altera la calidad del gran espectáculo, que tiene asegurado un espacio en Santiago del Estero hasta 2025.

En esa filosofía de robustecer el campeonato, sin importar cuestiones extradeportivas, también se ubica la capacidad de atracción de nuevos receptores. En Las Termas hay de todo un poco. Están los entendidos en la materia, como así también los que asisten bajo la idea de que “es un espectáculo que hay que ver por lo menos una vez en la vida”.

“Es como lo que pasó con Coldplay. Había un montón de gente que ni se sabía una canción, pero que quería ver el show”, se escuchó por el Fan Zone montado en el gigantesco playón del autódromo. La banda británica está entre las mejores y como estuvo tan cerca de los argentinos en octubre pasado, con varios conciertos en River, miles aprovecharon para ser testigos presenciales de un espectáculo impactante.

Lo que pasa en Las Termas es similar. Por eso, aunque no siempre se superen récords de asistencia, cada vez que el MotoGP llega al país se acerca un montón de curiosos por conocer todo lo que genera la categoría. De esa manera gira la rueda que busca público distinto, más allá del motoquero, para seguir dando vueltas.

El Fan Fest montado en la plaza principal también dio ejemplos de la diversidad que se puede hallar en el mundo MotoGP. El mannequin femenino, en una sugerente posición sensual, capturó la atención por el catsuit (una sola prenda de torso y piernas) de encaje rojo intenso. Una campera de goma que imita cuero, tan relacionado con el mundo de las motos, completaba el look.

“Es la primera vez que vengo a vender”, comentó Valeria Pantoja. La salteña trasladó parte de “Obsesivas por la ropa “, su comercio, hasta Las Termas. No tiene nada relacionado con el deporte motor, pero sí una variedad impresionante de bolsos, mochilas y camperas. En el maniquí se podía apreciar la inestabilidad y la crisis económica argentina a la que se referían los bonaerenses: el catsuit, en dólares cuesta cinco y en pesos 2.000; la campera en moneda nacional vale 11.000 y en la estadounidense, 30. La venta de unas 40 unidades no alcanzaron para conformar a Valeria, pero sí para convencerla de volver en 2024.

El caso de Ezequiel Meza es distinto al de su colega vendedora. El bonaerense formó parte del Gran Premio de Argentina en las ocho ediciones santiagueñas. Es decir, una palabra autorizada para opinar. “Hay menos gente, pero las ventas subieron”, estableció una realidad inversamente proporcional. Ezequiel es astuto como los organizadores y por eso es probable que sus ventas no hayan bajado. En su stand se desplegó un enorme protagonismo de la Scaloneta. “Fue todo un suceso y hay que aprovecharlo también “, indicó. El comerciante reconoció que, al menos allí, los campeones del mundo no son tan “veloces” como una fecha del MotoGP, que les gana la carrera por varios kilómetros por hora.