El Clan Caro: de dominar barrio Victoria al penal de Villa Urquiza

El Clan Caro: de dominar barrio Victoria al penal de Villa Urquiza

Los hermanos Caro pasaron de vender frutas y verduras en la calles a mostrar una vida llena de lujos en las redes sociales.

02 Abril 2023

Crecieron en el barrio Victoria. Su infancia transcurrió como la de cualquier joven de ese sector de la ciudad. Tuvieron que hacerse duros para poder sobrevivir en el difícil mundo de la calle. Empezaron como vendedores ambulantes, pero con el tiempo comenzaron a recorrer los caminos del delito. Rompieron todos los códigos del mundo del hampa al mostrar el potencial crecimiento económico que tuvieron en las redes sociales.

Hijos de Walter “Macho Blanco” Caro, un hombre con antecedentes policiales, Cristian “Bichi”, Francisco “Vikunga”, Marcos “Batore” y Walter “Kuky” comenzaron a tener un crecimiento exponencial. En algún momento, un ex defensor justificó ese crecimiento asegurando que habían ganado millonarias cifras apostando en las casas apuestas on line. Sin embargo, con el tiempo, fueron quedando implicados en robos.

Los cuatro hermanos y el padre quedaron pegados al histórico expediente conocido como “La Industria del escruche” que, según las estimaciones del fiscal Diego López Ávila, se habían apoderado de unos U$S 270.000 en efectivo, sin contar el valor de las joyas y otros bienes que sustrajeron. También están siendo investigados por el millonario robo de la galería de Mendoza al 700.

Ostentosos

Los Caro tienen una debilidad: las redes sociales. En Facebook e Instagram mostraron el crecimiento económico que tuvieron en los últimos tiempos. Mostraron los collares y pulseras que usaban; los automóviles de alta gama en los que se trasladaban; las fiestas que organizaban con grandes cantidades de bebidas importadas y hasta se dieron el gusto de mostrar cómo regalaban alimentos y juguetes para las fiestas de fin de año.

Pero también las usaban para dejar mensajes. “Batore” Caro, publicó una sugestiva imagen. Sosteniendo fajos de dólares y pesos como si se tratara de un celular, escribió una frase: “nos escuchan”. Ese posteo tendría dos connotaciones: sabía que lo estaban investigando porque alguien le avisó, y además quiso mostrar que tenía el dinero suficiente para afrontar cualquier proceso, incluso comprar voluntades para tener información sobre las investigaciones en su contra.

En el expediente de “La industria del escruche” hay varios audios de uniformados hablando con los acusados. En esas conversaciones recibían datos sobre posibles allanamientos, los estados de las causas iniciadas en su contra y también brindando información para que esclarecieran otros hechos resonantes a cambio de protección. Los acusados, según se rumorea en los pasillos, amenazan desde que fueron procesados con mostrar las imágenes tomadas por las cámaras de seguridad donde supuestamente aparecen policías retirando sobres con dinero, pero nunca los presentaron. Muchos piensan que en realidad se trató de una advertencia para que no los investigaran. Pero la estrategia no dio buenos resultados.

Los Caro tenían otros contactos que llegaron a ser noticia nacional. Uno de ellos era el joven Juan Jesús Piero Pinna, dueño de la distribuidora “El Faraón del Pollo” que se encuentra detenido en Mar del Plata por un homicidio. El crimen se registró durante una fiesta de un empresario que tenía fuertes vínculos con el kirchnerismo y entre los asistentes había varios sospechados de tener vínculos con narcos a nivel nacional e internacional.

Los hermanos Caro pasaron de ser modestos habitantes del barrio Victoria a ser considerados como los “nuevos ricos tucumanos”, es decir, personas que habrían logrado amasar una fortuna por las actividades ilícitas de las que fueron acusados. Pero el dinero no les sirvió de nada: hoy los cuatro están alojados en el penal de Villa Urquiza, donde permanecerán por bastante tiempo.

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