San Martín de Tucumán: A los “choris” bajo la lluvia

San Martín de Tucumán: A los “choris” bajo la lluvia

La historia de Norma Ponce, quien con 72 años maneja con mano maestra la parrilla y ya es un clásico familiar en La Ciudadela

ENFOCADA EN LO SUYO. Sobre calle Bolívar, Norma Ponce cocina los chorizos en la previa del partido, mientras sus hijos y nietos colaboran con la preparación. ENFOCADA EN LO SUYO. Sobre calle Bolívar, Norma Ponce cocina los chorizos en la previa del partido, mientras sus hijos y nietos colaboran con la preparación. LA GACETA / FOTO DE DIEGO ARÁOZ

El regreso de la lluvia a la provincia provocó la alegría de los que se quedaron en casa y la preocupación de quienes planeaban movilizarse hasta La Ciudadela. Mientras tanto, los que mostraron la mejor cara y agradecieron por una nueva jornada de fútbol fueron los puesteros de choripán: familias enteras que dejan todo de lado para cumplir con su labor allí donde hay clientes magnetizados por las parrillas. Como anoche.

A una cuadra del ingreso de plateas se podía observar cómo la humareda se mezclaba con las gotas de la intensa lluvia. Allí se encontraba enfocada en lo suyo Norma Dalmira Ponce. La vendedora de 72 años, acomodaba y pinchaba los chorizos sobre las brasas con su tradicional delantal amarillo.

“Los días de lluvia son buenos y malos. A veces te perjudica, pero cuando salen de la cancha con el clima así tienen hambre”, dijo “Mocha”, mientras le daba indicaciones a sus seres queridos. “En un momento así es difícil recordar anécdotas. Lo que si te puedo decir es que siempre me agarraron tormentas de este estilo, muy fuertes”, agrega sin desviar la mirada.

A su izquierda se encontraba el encargado de las ventas, su hijo Juan, de 48 años. “Nosotros venimos y le colaboramos, pero ella siempre está aquí. Vos preguntás en la esquina y la conocen todos. Esto le da vitalidad, ella sufrió bastante cuando fue la pandemia por el tema que no podía vender”, apuntó Juan, que aporta lo suyo en el emprendimiento familiar junto a Jéssica Miranda, Juana Lidoro, Isabel Espeche, Aldo y Daiana Pintos.

“Mi mamá vende aproximadamente 12 kilos de chorizo por partido. Pero no te deja tocar ni los tenedores. Quiere preparar todo sola”, sostuvo Pintos. “Nos acostumbró a esto y nosotros sola no la podemos dejar. Es el motor de nuestra vida”, añadió, con la mirada orgullosa al hablar de su querida madre.

Por su parte, en otra esquina de calle Bolívar se podía observar otro puesto familiar, que en este caso sumó a Roberto, vecino que se transformó prácticamente en un hijo más. “Yo soy fanático de San Martín desde chico, pero ahora hay que laburar. Siempre les voy a agradecer por la oportunidad que me dan”, dijo sobre el emprendimiento de Natalia, quien estaba acompañada de sus dos hijos y su esposo. “Somos una familia. Este es el único trabajo que tenemos y estamos orgullosos”, destaco Natalia entre de los tantos puesteros que trabajan al servicio del hincha.

Empató Brown

A dos minutos del final Almirante Brown salvó un punto en Isidro Casanova. Gracias al gol de Germán Rivero igualó 1 a 1 con Gimnasia de Mendoza. La “fragata” es líder de la zona A con 19 puntos. El que se le acercó -llegó a 15 unidades- fue Temperley, vencedor de Agropecuario por 2 a 0 con goles de Arregui y Ayunta. Igualaron All Boys-San Martín de San Juan (1-1) y Estudiantes de Río Cuarto se impuso a Flandria por 2 a 0.

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