Dos proyectos para evitar los derrumbes en el Fin del Mundo sobre la ruta 307

Derrumbe. Corte del camino. Indignación. Impaciencia. Los desmoronamientos de la montaña en algunos tramos centrales la ruta provincial n° 307, bautizada “Atahualpa Yupanqui”, son una constante a lo largo del año, especialmente en la época de lluvias. El percance ocurrió nuevamente en El Fin del Mundo. “Justo donde se cayó, que es el Fin del Mundo, está todo protegido, tiene toda esa obra grandota de contención y todos esos refuerzos. Por ahí aflora un granito, una roca granítica. Toda esa montaña está conformada por unas pizarras que son las rocas metamórficas que tienen unos 550 millones de años. Todo el núcleo de montaña de la quebrada del río Los Sosa, tanto al norte como al sur, pertenece a la misma roca. Puntualmente en el Fin del Mundo, hay una roca que es diferente, que es granítica, un granito como el de la mesada de la cocina, nada más que tiene una peculiaridad: es un granito que viene de abajo y quedó consolidado ahí porque se enfrió en ese lugar. Ese granito tiene unos minerales que se alteran fácilmente. Por eso, no sé si habrá prestado atención que subiendo a Tafí se ve como arena siempre ahí en la ruta, junto con agua”, explica Guillermo Aceñolaza, doctor en Geología e investigador del Conicet.

- ¿Por qué suele haber la arena en el pavimento?

- Esa arena no es otra cosa que el granito que está degradado, que está alterado. Entonces ese granito alterado y encima que está lubricado por agua normal de la selva tucumana, de la humedad de la lluvia, que se lubrica todas las rocas en esa zona de debilidad, porque realmente es un nivel de debilidad y por eso se cae permanentemente. Esa es la razón por la que se hizo la construcción de ese muro muy fuerte, muy grande, tratando de detener un poco eso.

- ¿Es un problema antiguo?

- Yo tengo 54 años; cuando yo cursaba la facultad teníamos la materia que se llama Geotecnia, que entiende el tema de alteración de rocas de estabilidad de taludes, de cómo gestionar la cuestión de edificación y demás en función de la geología de la roca. Nos llevaron a hacer un trabajo práctico a esa zona y ya entonces Vialidad de la provincia tenía proyectado hacer un túnel que entraba por la curva anterior grande, una que queda abajo que hay un chorro justo que pasa por ahí, iba ir un túnel que cortaba todo ese estilo que se llama el Filo del Tigre y salía esquivando la curva cerrada del Fin del Mundo. Eso se va a seguir cayendo porque hay una cuestión de alteración geológica de las rocas.

 - ¿Por qué se produce esa alteración? ¿Por el movimiento de la tierra?

- No, el granito está conformado por tres minerales: la mica, el cuarzo y el feldespato. Uno de ellos, el feldespato, tiende a alterarse más fácilmente que el cuarzo y la mica, que brilla, es con una laminita plateada que se usó muchas veces en la plancha y en la salamandra. Entonces el feldespato, al alterarse por las condiciones climáticas ambientales y demás, desarma la roca y si tenemos un aglomerado conformado por tres cosas y le desarmamos una las otras dos quedan sueltas. Y ese es un problema puramente geotécnico; ahí incluso si uno va con una pala de punta y clava contra la pared en esa zona, sale como arena porque está tan degradado el granito, está tan desarmado que realmente es como si fuera arena, como una cantera de arena y de eso de eso no hay salida más que haciendo una megaobra, ya sea un túnel o ya sea una voladura muy grande de toda la punta del Filo del Tigre, que es el nombre del lomo ese que cae al Fin del Mundo, porque eso se va a seguir cayendo y alguna vez, esperemos que no suceda que se caiga con mayor fuerza cuando esté pasando alguien.

- Las soluciones nunca llegaron.

- Pero eso se sabe desde fines de los 80, ya estaba el plan del túnel del Tigre, que iba a hacerlo la Provincia, o sea que iba a ser una de las soluciones. Habría otra solución: hacer una gran voladura en la zona y modificar totalmente el trazado carretero por esa zona. Pero no sé qué más barato, si eso o el túnel.

- La ruta se comenzó a construir en 1940 y se inauguró en el 43; entonces iban avanzando desde las dos puntas, de Santa María y desde Acheral. El día de la inauguración hubo un derrumbe, llovía torrencialmente. O sea que no fue una buena parición.

- Siempre se dice que el camino natural es la Quebrada del Portugués, por donde subían los nativos, porque era una subida más suave y natural a los valles; pero también tiene los mismos problemas, esencialmente el clima nuestro es brutal y la característica de la roca a veces no acompaña como puntualmente en ese lugar del camino que es el Fin del Mundo y el del Portugués que lo empezaron como tres veces. Son caminos de alto mantenimiento, de alta complejidad y que exigen una permanente reparación porque se hicieron para otro momento, con otro tránsito y los núcleos, los nudos que tenía desde la geotecnia, son complejos.

- Hay un camino que comenzó a abrirse que parte de Hualinchay y llega a Colalao del Valle. Lo único que le faltaba era el puente sobre el río Santa María, pero el gobierno lo abandonó.

- Ese camino lo hice varias veces. Lo hicimos en Land Rover, en 4x4, tenía curvas que eran imposibles de sortear con un camión. Por ejemplo, eran muy cerradas, muy empinadas y realmente hacía falta una camioneta doble tracción en su momento. Ahora está cortado totalmente, uno llega a la cumbre y cuando quiere comenzar a bajar, ya está todo tapado. Digamos que era inviable para transportar la producción, como en algún momento se dijo. Con un Land Rover teníamos problemas para algunas curvas, había que hacer marcha atrás, o sea, bajar de trompa, marcha atrás y volver a girar. El camino era para camioneta, motos, cuatriciclos, pero no era viable para la producción. El de la 307 hay un problema geológico y geotécnico y está planificado hace más 40 años un túnel para sortear el Filo del Tigre. Pero por ahora esto es va a ser así; mientras no se haga una obra grande, lamentablemente, la inestabilidad va a continuar por las características geológicas más climáticas de la ruta.