Selección Argentina: está en marcha el operativo 2026

El partido del martes próximo en Santiago del Estero, otra vez con todos los boletos agotados, será un nuevo homenaje. Inclusive el rival (Curazao) tiene un peso muy inferior al que ya tenía la modesta selección de Panamá, rival del jueves pasado en River. El homenaje a la conquista de Qatar será eterno. Por todo lo que significó, y también por Leo Messi, claro. (Leo parece estar viviendo su momento más feliz, cómodo aun cuando la multitud agobia, disfrutando, por fin, luego de tanto sufrimiento con la Selección argentina).  

El liderazgo de Messi suena también cada día más interesante. Lo demostró con su discurso pospartido ante Panamá, cuando todo era exitismo, fiesta, homenaje, y él, aun en medio de tanta euforia, recordó a los “perdedores”. A sus propios compañeros de Selección que estuvieron junto con él mismo tan cerca de la gloria en Copas pasadas y que, por no ganar, hasta fueron objeto de meme en muchos casos. Lo de Messi fue un reclamo. Y un aviso futuro. Si en los años que vienen el triunfo no se da, puede ser por mil factores, pero jamás por no haberlo darlo todo.  

Igual de interesante fue la reflexión del DT Lionel Scaloni. Que el triunfo, que el fútbol, es de los jugadores. Corriéndose él, también podría estar corriendo al propio presidente de la AFA, Claudio “Chiqui” Tapia, casi más mencionado en los micrófonos que el propio Messi en la fiesta del jueves. Fue acierto suyo la designación de Scaloni y su cercanía con la Selección en momentos más oscuros, pero su perfil alto parece algo riesgoso, a kilómetros de distancia inclusive del de su admirado Julio Grondona, que prefería más discreción, porque también esa posición le permitía hasta operar mejor entre las sombras. Era tanto su poder que no precisaba siquiera exhibirlo.  

Con seis plazas y media aseguradas, la clasificación al Mundial 2026 será un camino aliviado. Ideal inclusive para que Scaloni, a partir de septiembre ante Ecuador, pueda probar los ajustes y recambios necesarios. Tras la conquista del primer Mundial, en 1978, el DT César Menotti apostó por la confirmación del viejo grupo, más los refuerzos de Diego Maradona y Ramón Díaz. Sin embargo, aun cuando el plantel parecía superior, Argentina no rindió en España 82. Muchos años después, Osvaldo Ardiles admitió que el equipo no tenía la misma hambre, el mismo fuego sagrado que en el 78. Carlos Bilardo sí cambió algo más. Increíble recordar ahora que, en su primer partido en Buenos Aires tras la conquista de México 86, la Selección de Bilardo convocó apenas a 6.000 espectadores, 4.000 de ellos paraguayos que fueron a ver a su propio equipo. Aquella Selección fue pobrísima entre Mundial y Mundial, pero quedó primera en México y segunda en Italia.  

Scaloni, de él se trata ahora, demostró que la Selección está primera ya en plena Copa de Qatar, cuando, tras la inesperada derrota inaugural contra Arabia Saudita, no dudó en desplazar a pilares de la Copa América de Brasil. Por eso, seguramente sabrá medir el nuevo camino. Qué jugadores seguirán. Y cómo. Hay nombres cantados que piden pista (Lisandro Martínez, por ejemplo). Otros que parecen futuro seguro (Alejandro Garnacho). Y otro que resolverá en pleno camino su futuro: Leo Messi, claro. Aun cuando esté retirado, nos tienta imaginarlo de todos modos entre los suplentes, entrando cuando hay un tiro libre en la boca del área rival y haya que destrabar un partido complicado. Y anotando golazos como el que volvió a hacer ante Panamá.