Desde hace un tiempo que las actividades culturales como los recitales se convirtieron en experiencias que merecen “ser vividas” y disfrutadas. Pareciera que ya dejó de ser suficiente asistir, sentarse y disfrutar de un show. Lollapalooza es el ejemplo palpable de esa tendencia, hecha realidad: los shows hoy deben experimentarse brindándonos miles de sensaciones.
En su segunda jornada, el recital que nació de la mano de Perry Farrel en 1991, en los Estados Unidos, trajo al Hipódromo de Palermo unas 25 bandas que ofrecieron lo mejor de su música: Twenty One Pilots, Tame Impala, Jane´s Addiction, The 1975, Jamie XX fueron algunas de las bandas más destacadas a nivel internacional y Catupecu Machu y Usted Señamelo, las dos nacionales.
Si bien el objetivo primordial de crear Lollapalooza era “despedir” a su banda, homenajeando a géneros como el rock alternativo, el indie y el punk; trascendió finalmente a sus creadores y se convirtió en uno de los eventos musicales masivos y mundiales al que todos quieren asistir. ¿Por qué? Porque la música se conjuga con el arte, las experiencias que brindan las marcas y el entorno “cool” y relajado.
En esta octava edición del festival en Argentina –que no se realizó durante dos años por la pandemia por la covid-19-, fueron varios los shows destacados en cada uno de los cuatro escenarios. Farrel, cantante de la banda ícono del rock alternativo Jane’s Adicction actuó en la segunda noche haciendo delirar a sus fans.
Las curiosidades y espacios dentro del festival que ocupa todo el campo del Hipódromo de San Isidro, son numerosos: cuatro escenarios con sonido envolvente; un VIP con vista de 360° a todo el festival en donde se puede comer, descansar y desde donde se pueden disfrutar los shows; un espacio para los más pequeños pequeños de la familia, el “Kidapalooza”, en donde pueden disfrutar de manera relajada, juegos, aprender a tocar instrumentos y recitales de bandas infantiles.
También hay arte, imponente, como el de Martin Huberman de Estudio Normal con su obra “Capot”. La obra, diseñada especialmente para Lollapalooza Argentina, es una instalación que evidencia los usos particulares que le damos a los autos una vez estacionados. “En esa quietud, descubrimos que se producen naturalmente un sinfín de apropiaciones mágicas. Todos alguna vez usamos un capot como asiento para esperar a alguien, chapar o mirar las estrellas”, dijo el autor. La obra albergó a varias personas durante las jornadas que se desarrolló el festival. Todos se acercaron a descansar en esta especie de árbol gigante. Otra de las obras que se destacan es un gigante cubo rosado para el cual todos hacen filas: el objetivo: sacarse las mejores fotos para subir en redes sociales. La obra se denomina “Todos los días sale el sol” y fue realizada por el artista Andrés Reisinger.
Dentro de las experiencias de marcas se encontraban las “Casas Axion”, pequeños espacios de colores en donde un DJ ponía música y los jóvenes bailaban concentrados, dentro de cada una de las seis instalaciones de casas. También la rueda “la vuelta al mundo” de Budweiser, el espacio en el que solo se puede consumir alcohol, se presentó en esta edición cautivando al público que hizo largas filas para poder subir y observar desde el aire el recital.
Twenty One Pilots
La banda de Ohio, Estados Unidos, Twenty One Pilots, sorprendió a todos los asistentes durante su recital del sábado. El dúo integrado por Tyler Joseph y Josh Dun se había sumado a último momento por la baja de Blink-182. "No teníamos que estar acá por eso nos sentimos honrados de poder tocar hoy y esperamos que este show sea todo lo que esperaban", dijo Tyler en prolijo español, antes de sorprender con una versión de "All the small things", el hit de Blink-182 –que no cantó pero dejó corear al público que vibró emocionado al ritmo de la canción. Otro de los momentos destacados de la banda fue cuando realizaron un “enganchado” de dos clásicos: "Muchachos", el himno de la Selección en el Mundial de Qatar y el tango "Mi Buenos Aires querido". Realmente esos momentos y la puntualidad de lo que sucedía en cada escenario y espacio, conformaron una experiencia única.
A cinco minutos en combi de los escenarios de Lollapalooza se encuentra la Villa Artística, 24.000 metros cuadrados segmentados y organizados en carpas para que los artistas y su “crew” (su personal) descansen, se relajen y se preparen para el momento de actuar. En la Villa cuentan con un comedor que atiende a las 480 personas que se subirán luego a los escenarios y que forman parte de las cerca de 30 bandas que actúan por día. Hay una zona de spa en donde pueden recibir masajes y una clase de yoga y otra de juegos en donde se destaca el metegol y el fútbol-tenis.
LA GACETA fue invitada por la marca de cosmética internacional Natura a disfrutar de una experiencia singular en el stand de la marca, cerca del escenario principal, Flow. Natura compartió con una decena de maquilladores profesionales y el público del festival su nueva línea de cosméticos: Natura Faces, una línea que busca la diversidad y el maquillaje sin género. “Los jóvenes buscan expresarse de distintas maneras y mantenerse fieles a su identidad, ser la versión que los haga sentir poderosos. Natura Faces es una línea pensada para que cada persona pueda disfrutarla a su manera celebrando su identidad”, dijo Florencia Violini, gerenta de Marketing de Natura Argentina, a LA GACETA.