El Colegio de Abogados es la viva representación de la Argentina. Actualmente está separado por una grieta, a raíz de las últimas elecciones en las que la oposición arrasó y se quedó con la mayoría. Esto, según Rodolfo Gilli, presidente de la institución, redunda en el estancamiento de sus proyectos. Pero además, afirma, sectores afines del Gobierno jugaron para la oposición y hoy, dice, son los que manejan la estructura. Este fue el diálogo con LA GACETA:
- ¿Cómo es la actividad y cuáles son los planes del Colegio para este año cuando ya estamos a mitad de marzo?
- Nosotros llegamos con un consejo y trabajamos dos años en los que hicimos todas las promesas de campaña y más, y teníamos muchos proyectos por delante, pero como perdimos las elecciones, esa frustración nos trajo una imposibilidad de seguir con ese proyecto, lamentablemente la gente que entró no lo hizo para mejorar el Colegio sino para destruir lo hecho por nosotros. Y en ese concepto de destrucción que ellos llevan adelante por ejemplo cerraron una sede que era la del pasaje 2 de Abril, que nosotros habíamos abierto con 54 computadoras en línea, acceso a internet, siete salas de audiencias virtuales, que le servía sobre todo al abogado que recién comienza, y a otros más ya que era de mucho uso. Se los privó a los abogados de estas herramientas, en medio de una situación económica gravísima, sin ninguna necesidad. El Colegio no debía hacer eso. Fue una cuestión de fines políticos con las cuales entró esta gente, pretendiendo destruir todo lo bueno que habíamos hecho nosotros.
- ¿Qué se hizo mal para perder las elecciones?
- Fueron cuestiones internas, un desacople nuestro, interno, necesario ya que había gente que había agotado su participación en el Colegio, su participación no era beneficiosa era perjudicial, y era tomar una decisión: seguimos con esta gente y ganamos con ello y seguimos renegando o eventualmente rompemos y vamos, y aún perdiendo nos depuramos. Somos conscientes de que la elección de abogados es muy personal. El abogado vota a su amigo, vota al conocido.
- Y ¿cómo se sigue? A usted le quedan dos años de gestión…
- Se hace con razonabilidad. Soy el representante legal del colegio y la razonabilidad de lo que el Colegio tome como decisión tiene que estar siempre basado en las normativas legales. No se puede tomar una decisión fuera de la ley. Yo soy el que ejecuto las decisiones dentro del Colegio, entonces las voy a ejecutar en cuanto y en tanto sean legales, y cuando no lo sean, me apartaré. Las decisiones de aquí en adelante van a depender de la mayoría, y no la tenemos nosotros a la mayoría. Dependerá de ellos saber hasta qué punto van a dilapidar, a desaprovechar su llegada al Colegio en una actitud destructiva, o bien se van a tener que poner las pilas y empezar a construir con el Colegio. A mi me quedan dos años, pero a ellos le quedan cuatro. Si ellos dilapidan estos dos años están dilapidando su futuro.
- ¿Usted cree que en las elecciones hubo algún tipo de intromisión política?
- Absolutamente. Totalmente. Sabemos quienes jugaron para ese sector. Estuvieron Gerónimo y Carolina Vargas Aignasse, (Raúl) Ferrazano, (Marcelo) Caponio, estuvieron varios. (Mario) Leito. Influye mucho, Tienen una estructura de gente, dinero con el que nosotros no contamos, sólo tenemos las arcas del Colegio, que son intocables, y además tenemos la característica de ser profesionales independientes. Tuvieron también apoyo de sectores de la Justicia. Se unieron todos, y justamente fue con quienes en contra yo había llegado. Yo llegué contra todo ese aparato. Y están detrás de toda esta gente la vieja estructura que estaba en el Colegio de Abogados, pero no dan la cara ya que hay un agotamiento de sus personas, de sus figuras. Se presentan a través de nuevos personajes. No creo que haya habido mandato del gobernador, pero los mandos intermedios si se meten. Y atentan contra el trabajo que veníamos haciendo. Así se hace muy difícil ya que personas como la doctora Vargas Aignasse ocupa un cargo importante y no debería tener incumbencia en instituciones como el Colegio de Abogados. Pero todo ese grupo propició la llegada de esta oposición que lo único que quiere es destruir.
-¿En qué se trabajará a pesar de los problemas internos que usted dice que tienen?
-Trabajaría en cuestiones formales que están perjudicando el ejercicio hoy como por ejemplo el excesivo rigorismo formal que exige la Corte para los recursos de Casación. A veces se los rechaza por una cuestión formal. El costo es atentado contra el acceso a la Justicia porque la Corte por una acordada viejísima tiene fijado que este recurso tenía el costo de una consulta escrita que hoy puede ser de $100.000 y nosotros no podemos cobrar eso. Trabajaría en lo que son las cuestiones de accesibilidad a la justicia. Trabajaría con el Gobierno y con entidades profesionales para generar convenios con letrados para que los letrados tomen casos. Pero todo es muy complicado ya que hoy hay en el Colegio un intervencionismo político que no corresponde. Es innecesaria. Y lo que pasó en las elecciones fue un intervencionismo del Estado en instituciones públicas.