La cruda sequía que atraviesan Tucumán y el país impactó con fiereza en el campo. Es por eso que son varios los sectores que le piden al Gobierno provincial, encabezado por el gobernador Juan Manzur, que se decrete la emergencia agropecuaria. Distintos sectores cañeros, como la Unión de Cañeros Independientes (UCIT) y los Cañeros Unidos del Este (CUE), así como la Asociación Civil de Productores Agrícolas y Ganaderos del Norte (Apronor), fueron algunas de las organizaciones que ya formalizaron el pedido.
“Es muy complicada la situación. Hoy nos encontramos con cultivos con muy poco desarrollo, necesitamos lluvias abundantes”, señaló a LA GACETA Roberto Palomo, vicepresidente de Apronor. El productor detalló que los cultivos se encuentran en pleno período reproductivo, y que debido a eso demandan, aproximadamente, siete milímetros de agua por día.
El vicepresidente de Apronor remarcó que los productores estiman que las pérdidas ya superaron el 50%, por lo cual ya sería posible que se decrete la emergencia (las pérdidas deben ser mayor a ese porcentaje). Por eso, durante la jornada de ayer, la organización presentó una nota al Gobierno provincial solicitando que se realice una reunión de la Comisión de Emergencia Agropecuaria de la Provincia.
Esta Comisión, según la ley N° 5860, está compuesta por representantes del Ministerio de Desarrollo Productivo, de Obras Públicas, de la Estación Experimental Agroindustrial Obispo Colombres, de la Caja Popular de Ahorros, y de las entidades más representativas del sector agropecuario a nivel provincial (según Palomo, Apronor y la Sociedad Rural forman parte), además de dos legisladores provinciales representantes de la sección electoral del área afectada.
El proceso
“Hoy iniciamos el proceso de solicitud de emergencia, que primero consiste en reunir esa comisión de emergencia, evaluar la situación, y de ahí se realiza un acta y se la eleva al Gobernador con el pedido de emergencia, si es que los organismos técnicos coinciden con las evaluaciones que estamos haciendo los productores”, explicó Palomo. En caso de que se decrete la emergencia, agregó el productor, “se pide la homologación a nivel nacional, para tener acceso a los beneficios que Massa ha anunciado”, aclarando que esos beneficios, según la información que maneja, aún no se ha cumplido en otras provincias.
“La sequía afectó bastante, más que nada el este. El centro está mejor, aunque no está tampoco óptimo. Las pérdidas están bastante marcadas, son bastante amplias, y bastante complicado está el sector productivo en todo sentido”, declaró a LA GACETA Alejandro Dávalos, miembro de CUE.
Dávalos puntualizó que, además de los productores, también los peones rurales se verán afectados por esta situación. “Al no haber caña de azúcar, materia prima para los ingenios, estos van a moler menos días; eso significa menos días de trabajo para la gente temporal de los ingenios, y es la principal actividad de la provincia, la que más plata le genera”, argumentó. Por eso, para él, la sequía genera también un “problema social”.
Las entidades cañeras ya tuvieron reunión la semana pasada con Álvaro Simón Padrós, ministro de Desarrollo Productivo de la provincia, para plantear la posibilidad de declarar la emergencia. “Se está estudiando, después del 17 vamos a tener otra reunión para evaluar los pasos a seguir”, dijo al respecto Dávalos.
Agustín Guillén, representante de la Unión Cañeros del Sur, también se lamentó por la preocupante actualidad de la cosecha. “Está siendo muy castigado y afectado el campo por lo que se está viviendo. Obviamente hay actividades que tienen riego, pero tienen un alto costo también, y eso invita a pensar si la producción va a poder costear lo que vale hoy un milímetro de agua”, resaltó, en diálogo con LA GACETA.
Guillén advirtió también que puede haber discusiones por el sector en el que se implementará la emergencia, ya que, adelantó, se prevé que no contemple a toda la provincia. “La emergencia agropecuaria se estaba pensando para una parte de la provincia, pero lo real es que está afectada de punta a punta. Vamos a pelear para que sea para toda la provincia”, afirmó.
“Todos los cultivos están sufriendo la sequía, es la peor en los últimos 60 años”, sentenció Diana Chediack, productora citrícola. “Quien tiene sistema de riego para cítricos la va peleando y va tratando de reponer, pero de todas maneras todos los sistemas de riego en Tucumán son para complementar la lluvia, no para suplirla como está siendo en este momento”, explicó.
Si bien el sector citrícola se encuentra bajo emergencia agropecuaria desde el año pasado, Chediack expresó que “toda ayuda es insuficiente”. “No es solo la sequía, es un combo de cosas: la crisis citrícola existente, el retraso cambiario, el aumento de los costos en dólares, los impuestos elevados del país, la inseguridad rural. Está todo muy complicado”, sintetizó.
En busca de alivio
Los distintos sectores agropecuarios tucumanos coinciden en solicitar que se implemente esta medida porque traerá, o debería traer, alivio económico para los productores.
“La Emergencia contempla, entre otras medidas, beneficios impositivos, como la exención de Ingresos Brutos (IIBB) o diferimiento del impuesto Inmobiliario, y acceder a capital de trabajo”, reza un comunicado lanzado por los Cañeros Unidos del Este, explicando por qué sería positivo que se declare la emergencia agropecuaria en la provincia.
“Implicaría más que nada es la exención de impuestos, retenciones de ingresos brutos, de todo lo que signifiquen rentas”, adhirió Dávalos. Guillén, por su parte, explicó que también significaría una baja en la presión fiscal, que tiene “locos” a varios productores, según expresó el cañero.
La ley N° 5860, además de la exención (y condonación) de impuestos, expresa también la posibilidad de esperas con relación a obligaciones de plazos pendientes o vencidos, y el otorgamiento de créditos a los afectados. Es por esto que la declaración de la emergencia agropecuaria es, para los productores tucumanos, una necesidad impostergable, según ellos mismos proclaman. (Producción periodística: Joel Katz)
Antecedente: Las heladas en los valles calchaquíes
Las heladas tardías que cayeron sobre los valles calchaquíes en noviembre del año pasado generaron tales destrozos en los cultivos de la zona, que llevó a que se declare el lugar “desastre agropecuario”. El 80% de la producción de vid, frutas de carozo, frutas de pepita y hortalizas se vio afectada por el fenómeno climático Debido a esta situación, el Gobierno provincial anunció en diciembre que destinaría $50 millones a más de 200 productores de esas zonas, para poder reacomodarse un poco tras la pérdida de gran parte de su cosecha. Además, también llegaron $175 millones por parte de Nación, luego de realizarse gestiones ante la Comisión Nacional de Emergencias y Desastres Agropecuarios. Con ese antecedente reciente, el sector agropecuario tucumano espera señales positivas por parte de las autoridades provinciales, y también se ilusiona con recibir ayuda por parte de Nación, ante la crisis que se encuentra atravesando no solo Tucumán, sino buena parte del país.