Este lunes 13 de marzo se cumplen 10 años de la elección del jesuita argentino Jorge Mario Bergoglio como el Papa Francisco. Esta fecha marcó el inicio de un pontificado que impulsa una reforma de la Curia para lograr una “iglesia pobre para los pobres” y visibiliza las crisis de refugiados y desplazados, al tiempo que se convirtió en una de las mayores voces contra el cambio climático. Edificó su tarea pastoral sobre la “misericordia y la alegría del evangelio para promover la fraternidad y la paz a nivel mundial” pero también fue el impulsor del “diálogo interreligioso”.
Pero antes de asumir tan grande responsabilidad, Francisco tuvo una vida muy modesta en Buenos Aires. Desde su niñez y hasta que fue ordenado sacerdote, su vida educativa y formativa se desarrollaron en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Vivió con sus padres y hermanos en una pequeña casa ubicada en Membrillar al 500 en el barrio de Flores y realizó sus estudios primarios en la Escuela N° 8 Coronel Pedro Cerviño. En esta escuela porteña se exhibe una carta que fue enviada por el Papa.
El secundario lo hizo en la ENET N°27 “Hipólito Yrigoyen”, en la cual obtuvo el título de técnico químico. Cuentan las crónicas que allí el futuro Papa desarrolló además sus aficiones deportivas que incluyeron el fútbol y el básquet. A los 22 ingresó en el seminario diocesano de Villa Devoto. Estudió Filosofía y obtuvo la licenciatura en Teología en el Colegio Máximo de San Miguel y a los 32 años, el 13 de diciembre de 1969 fue ordenado sacerdote.
Ya como obispo auxiliar de Buenos Aires volvió al barrio de su infancia con el cargo de vicario episcopal en Zona Flores. Eso ocurrió desde 1992 hasta que fue nombrado arzobispo coadjutor de Buenos Aires en 1997 y vivió en la sede de la Curia metropolitana, frente a la Plaza de Mayo.
Bergoglio usaba la cochera que está pegada al arzobispado. En ella hoy hay una foto suya recordando aquella habitual presencia. Cuenta un empleado del lugar que el Papa bajaba todos los días a tomar mate con él. Si bien tenía un auto (un Renault Clio 2000), usaba el transporte público. Una foto de 2008 dio cuenta de esa costumbre. Allí se lo ve sentado en uno de los asientos de los viejos coches belgas de la Línea A del subterráneo.
La vida del Papa Francisco en Buenos Aires: peluquería, café, diario
Siguiendo su recorrido porteño, Bergoglio se cortaba el pelo en la peluquería Romano, en el pintoresco Pasaje Roverano, en Avenida de Mayo 560. Allí lo atendía Mario Sariche, quien contó que “él no pedía turno por anticipado, sino que aguardaba el momento del corte de cabello como un parroquiano más y siempre dejaba propina”.
La peluquería Romano, hoy en mano de otros dueños, durante muchos años ostentó sobre la vidriera un banner con la foto del pontífice y una inscripción que rezaba: “La peluquería del Papa”.
Su reconocido fanatismo por San Lorenzo quedó expresado en muchas anécdotas vertidas por los argentinos que estuvieron cara a cara con Francisco en Roma, e incluso con otras tantas de sus tiempos de sacerdocio en Buenos Aires. Una de las más hilarantes fue cuando Alfio Basile pidió que lo echaran de un vestuario porque tenía miedo de que le diera mala suerte.
En el barrio de Flores se encuentra el Hogar Sacerdotal Monseñor Mariano Espinosa, ubicado en Condarco 581, donde el cardenal Bergoglio pensaba alojarse tras su retiro. Antes de viajar a Roma, sin imaginar que podía asumir el papado, había elegido la habitación número 13 para hospedarse. Finalmente, nunca la ocupó.
Con información de TN.