¿Qué pasaría en tu casa si las mujeres hoy no hiciesen nada? ¿Quién compraría el remedio que andás necesitando o el yogur que te gusta? ¿Qué pasaría en tu escuela, universidad o trabajo, sin mujeres? El paro de mujeres del 8M buscó simular la desaparición de toda la población femenina -en Argentina y más de 50 países del mundo- como una respuesta a la lucha por igualdad de oportunidades que vive el género femenino.
Según datos del año pasado tomados por el gobierno nacional en el Dosier estadístico, Marzo 2022 en términos generales del mercado de trabajo “en las edades centrales (30-64 años), 63 de cada 100 mujeres se encuentran empleadas. Entre los varones, la relación es 86 de cada 100. El dato se complementa, además, cuando la tasa de desocupación de las mujeres es un 30% superior a la de los varones”, explica el informe del Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec). “Al mismo tiempo, con similares niveles de informalidad laboral, el ingreso medio de las mujeres asalariadas sin descuento jubilatorio representa el 65% del ingreso de los varones. Los números se acrecientan a medida que se escala en términos jerárquicos. El porcentaje de varones en puestos de dirección y jefatura es un 75% superior al de las mujeres.
Sumado a esto, en lo que va de este año se contabilizan ya 93 intentos de femicidios y 39 femicidios. Dos de ellos, en Tucumán.
Dejar de romantizar el Día de la Mujer -que durante muchos años solamente fue una excusa para regalar bombones- es el objetivo del paro y de esta iniciativa que busca que tanto los varones como las mujeres y diversidades tengan finalmente igualdad de oportunidades en el trabajo, en las tareas de la casa y de cuidado.
Insisto, el 8M no se celebra nada, porque hoy más que antes está expresamente unido al pedido de igualdad de oportunidades para las mujeres.