Las mujeres y disidencias volvieron a salir a las calles de Tucumán ayer por la tarde en el marco del 8M, Día Internacional de la Mujer. Con una fuerte presencia de demandas y banderas, la colorida marcha se inició con dos concentraciones, una desde la plaza Urquiza y la otra desde la plaza Yrigoyen. El punto de encuentro fue la plaza Independencia, donde se llevó a cabo el acto principal.
Pese a las altas temperaturas, una marea de mujeres, feministas y grupos LGBT se extendió por varias cuadras, mientras otras ya aguardaban directamente en la plaza. “Salarios dignos, redistribución de la riqueza y en contra del trabajo precarizado, flexibilizado, desvalorizado” formaron parte de las diversas consignas que las organizaciones expresaron como derechos a conquistar en este 2023.
Con carteles y pancartas que propusieron variadas manifestaciones artísticas, las organizaciones políticas, sindicales y sociales hicieron oír sus reclamos.
Las demandas que más se escucharon fueron: “igual salario por igual trabajo, “basta de feminización de la pobreza”, “fuera los abusadores y violentos del poder político”, “basta de femicidios trans feminicidios y travesticidios”, “la deuda y falta de justicia sigue siendo con nosotras”, entre otras.
Todas las asociaciones tenían sus propios objetivos, pero algunos fueron coincidentes. Por ejemplo, el pedido de medidas frente al incremento de femicidios, la implementación efectiva de la ley de educación sexual integral, que las tareas de cuidado sean consideradas trabajo y que los abusadores y violentos sean apartados del poder político y judicial.
Victoria Disatnik, referente de la Casa de las Mujeres Norma Nassif expresó: “Tenemos que seguir, todos los derechos de las mujeres nos los ganamos luchando, no tenemos que bajar los brazos La deuda y la falta de justicia sigue siendo contra nosotras, somos doblemente vulneradas por el capitalismo y por ser mujeres en una provincia que ni siquiera puede condenar culpables”, expresó.
Remarcó que la lucha este año intenta lograr que haya justicia para todas las mujeres asesinadas, pero que todavía falta mucho para que esto suceda.
Las infancias que nacieron y crecieron junto con un movimiento feminista en expansión, se hicieron presentes en la marcha.
En la movilización junto a Inés Gelatti está su hija Sofía de 10 años. Ambas suelen participar en todas las marchas del 8M. “Nosotras venimos juntas desde que Sofía es muy pequeñita para poder mostrarle y que conozca qué es la lucha de tantas mujeres, muchas con dolor, muchas con cargas pesadas. Para hacerle ver a esta generación, que sigue creciendo, nuestros avances y retrocesos, que hay muchos terrenos nos faltan conquistar pero que se puede”, detalló Inés con lágrimas en sus ojos. Agregó que Sofía “se sorprendió hoy de que muchas de sus compañeras no venían a la marcha, le explicó a ellas lo que era y las invitó a venir”.
Otra que plantó una semillita feminista en las nuevas generaciones es Florencia Paz, ella está marchando con toda su familia, incluidos los hombres. “Venimos todos los años, no a festejar nada, sino a conmemorar todos los derechos que vamos logrando. A seguir luchando por todas las que ya no están y por los derechos que nos faltan conquistar”, explicó.
“Todos tienen que aprender, así como mi mamá va aprendiendo de nosotros, de generación en generación se van dejando esas costumbres machistas que hoy nos podemos dar cuenta de que ya no van más. Así como yo también educo a mis papás, que ellos nos vayan educando a nosotros también. Considero que es muy importante que crezcan de otra forma”, finalizó Florencia, de la mano de su primo.
Algunos de las pancartas que se alzaron entre la multitud decían “hasta que nuestras vidas valgan más que tus paredes”, “salí de tu burbuja de privilegios y mira lo que está pasando”, “lucho para que mi hijo respete la igualdad”, entre otras que eran admiradas por todos lo que pasaban.
Durante la tarde no faltaron las intervenciones o números artísticos, como la representación de la vida de una mujer multitarea realizada por Bembe Guine, Escuela de Danzas Africanas. En el baile, con guantes para lavar los platos y un delantal, simularon que hacían las tareas del hogar, trabajaban y se maquillaban, al compás de los bombos,
Las agrupaciones marchantes ocuparon fácilmente entre siete y ocho cuadras. El pico del encuentro fue a las 20 horas en la Plaza Independencia, donde sumadas todas, fueron más de 5.000 mujeres y disidencias que gritaron, bailaron y reclamaron por sus derechos en una nueva marcha del 8 de marzo.
(Producción periodística: Victoria Reinoso)