El juicio por la sedición policial tiene ribetes históricos. No existen antecedentes de un debate de estas características en nuestra provincia. Dejando de lado los procesos de lesa humanidad que se desarrollaron en el ámbito de la Justicia Federal, sólo el de la desaparición y el posterior crimen de Paulina Lebbos, se aproxima. La gran diferencia radica en la cantidad de acusados. En el debate que se hizo por el caso de la estudiante, sólo seis personas se sentaron en el banquillo de los acusados, mientras que en el que comenzará en septiembre, serán al menos cuarenta.
Por esa razón era necesario que los jueces realicen una audiencia de orden. Es, en realidad, un encuentro entre todas las partes para que, después de un intercambio de opiniones, se terminen de resolver algunas cuestiones para organizar el debate. Este paso se dio el 22 de febreros y los puntos resueltos más importantes fueron:
El lugar
Todavía no está definido dónde se realizará el debate. Sucede que debe buscarse una sala que pueda albergar a más de 100 personas que se estima que participarán en cada audiencia. Son alrededor de 40 los imputados, por lo menos 25 defensores, dos querellantes, y por lo menos 40 familiares, ya que se autorizaría la presencia de un acompañante por acusado. A ese número hay que agregarle los tres jueces y sus colaboradores, los querellantes, personal técnico y los periodistas que cubrirán el debate.
Hasta el momento se manejan dos alternativas. Utilizar la sala del Tribunal Oral Federal o acondicionar una del edificio que está ubicada en España al 800. Por cuestiones técnicas y organizativas, las autoridades terminarían inclinándose por la segunda opción.
Pedidos
Fabián Fradejas, Luis Morales Lezica y Gustavo Aldo Romagnoli, integrantes del tribunal que llevará adelante el debate, en la audiencia de orden, realizaron dos pedidos especiales a todas las partes.
El primero y más importante, es que no aceptarán la renuncia de ninguno de ellos una vez que esté fijada la fecha de comienzo del juicio. Ocurre que en los últimos meses hubo varias audiencias que se postergaron porque los profesionales, a último momento, renunciaron a la defensa, por lo que generaba todo un problema.
El otro planteo que realizaron los magistrados es que todas las partes nombren a un reemplazante para que el debate no se retrase. “No se otorgarán permisos por viajes o porque tienen que participar en otro proceso. Por eso les pedimos que nombren a alguien para que los cubra”, les habría explicado Fradejas, que es el presidente del tribunal.
Afinando el lápiz
Los magistrados volvieron a insistir con la necesidad de reducir el ofrecimiento de pruebas y el testimonio de personas. “Son muchos los imputados y a veces es un despropósito llevar dos o tres testigos para que digan exactamente lo mismo”, opinó una fuente judicial. “Habrá muchísimas imágenes por analizar. Nos pidieron que presentemos las que realmente son necesarias”, destacó un defensor.
Varios profesionales entendieron el pedido de los jueces. Por esa razón, la nómina de testigos, que en un primer momento era de más de 300, actualmente quedó reducida a poco más de 200. Lo mismo esperan que ocurra con la presentación de pruebas.
Modalidad
Los integrantes del tribunal también adelantaron que un principio se realizarán tres audiencias por semana en turno matutino o vespertino. Pero también advirtieron que este régimen se irá analizando con el correr de las jornadas y que todo dependerá del comportamiento de las partes.
Los jueces hicieron un cálculo matemático. Si cada testigo debe responder dos preguntas de cada una de las partes, serán al menos 60 las veces que deberá hablar. “Hubo una recomendación de evitar hacer las mismas preguntas para que el debate no sea interminable. Y la verdad es que tienen razón”, explicó un profesional.
Tampoco se descarta que con el transcurso de las audiencias, las mismas partes vayan desistiendo de la declaración de varios testigos.
Misterio
Hasta el momento nadie a ciencia cierta puede definir cuándo finalizará este juicio. Algunos hablan que se extendería al menos durante seis meses, es decir, el fallo recién se conocerá en abril de 2024, ya que en enero debería ser suspendido por la feria.
Lo único concreto es que se cumplirán 10 años de uno de los hechos más graves de la historia de la provincia sin que haya una condena firme.