El desafío 2023 en las aulas es mejorar la lectoescritura

El desafío 2023 en las aulas es mejorar la lectoescritura

PREPARATIVOS. Bernardita y Sophia alistan las carpetas para la vuelta al aula. lagaceta / foto de analía jaramillo PREPARATIVOS. Bernardita y Sophia alistan las carpetas para la vuelta al aula. lagaceta / foto de analía jaramillo
26 Febrero 2023

A muy pocos días de que comiencen las clases, en los hogares tucumanos se vive el nerviosismo típico de la vuelta a la escuela. Esta situación, en realidad, suele poner más ansiosos a los papás que a los chicos, sostiene Mariana Dato profesora en Ciencias de la Educación, especialista en análisis institucional y en ciencias sociales.

“Es como un volver a fojas cero, a establecer horarios y rutinas después de tres meses relajados. Y uno se estresa; es normal porque en épocas de clases vivimos a mil no solo con las cuestiones escolares, sino también las extraescolares, que son necesarias porque no todo se aprende en la escuela. Es bueno que los chicos circulen y hagan otras cosas, que aprendan que hay otros mundos posibles y conozcan otras realidades”, sostiene.

Cuando comienzan todas las actividades, los padres tienen que renunciar un poco a su tiempo libre y hacerse cargo de esta responsabilidad. No obstante, según la experta es necesario que también se fomente la autonomía de los chicos entre los 13 y 15 años: enseñarles a moverse solos. “Es difícil soltarles la mano en un contexto de tanta inseguridad, pero no hay que ser tan temerosos”, sostiene.

Dato considera que este es en realidad el primer año de normalidad desde que se declaró la pandemia, en 2020. “Este año las fichas están puestas en concretar una caja curricular, en hacer una atención integral del niño, niña y adolescente, en mirar no solo los aprendizajes conceptuales de los chicos, sino también los lazos sociales. La escuela vuelve a ser el agente de sociabilización, que es su primera función”, señala.

Para la profesional este 2023 será todo un desafío para la educación, después de un año virtual y dos años irregulares, donde los aprendizajes fueron muy diversos porque el acceso a la tecnología en los distintos puntos fue muy disímil y por lo tanto los resultados mostraron una gran disparidad.

“Este año una oportunidad para equilibrar; es necesario que los docentes y autoridades miren eso y lograr más la equidad de la que tanto hablamos entre escuelas publicas y privadas entre escuelas rurales y urbanas, céntricas y periféricas. El desafío de la hora escolar adicional está puesto; debería ser una herramienta útil para fortalece competencias de la lectoescritura, un punto donde los chicos están muy flojos hoy y que es una herramienta básica para alcanzar niveles de comprensión del mundo y de la vida. Se trata de uno de los pilares fundamentales para transitar el mundo escolar y en el futuro el universitario”, recalca.

Por otro lado, sostiene que no se debe descuidar la cuestión afectiva. “Después de la pandemia tenemos muchos chicos afectados a nivel emocional, vulnerables, con miedos, ya sea porque se enfermaron o porque perdieron familiares. Los gabinetes psicopedagógicos deben estar muy atentos a todo lo que vivieron estos chicos, lo que significó para ellos ser los 'hijos de la pandemia'. No se les puede exigir como si nunca hubiera pasado nada”, apunta. Asimismo, comenta que hay muchos chicos con sus necesidades básicas insatisfechas o con carencias afectivas. “Los equipos deben estar atentos a todas estas realidades y en base a esto construir aprendizaje. La experiencia escolar es una marca indeleble en la vida de un niño y adolescente, es una huella para toda la vida”, concluye.

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