Con el ingreso de los familiares en Gran Hermano, los participantes renovaron sus energías lo que significó una inyección anímica para lo que resta de la competencia.
Asimismo, Rodolfo con su hijo Nacho Castañares aconsejó sobre lo que considera la mejor estrategia de juego para poder meterse entre los cuatro finalistas y aspirar los 15 millones de pesos y la casa que están en danza.
“Ahora lo que queda es nada, se acerca el final y utilizar las herramientas que puedan, la fulminante, la espontánea. Pero yo usaría la fulminante ya porque queda nada, para robar placas y ver qué pasa”, fueron la palabras a viva voz del peluquero uruguayo con acento español en una conversación que mantuvieron en la pileta de la casa.
El breve video de esa conversación, que la transmisión rápidamente cortó con un plano general de la piscina, no tardó en viralizarse en las redes sociales cuestionando un posible ruptura del reglamento por parte del familiar que se podría traducir en una sanción para él y a su hijo que es el competidor.
Ahora solo resta ver que hace Nacho con el consejo de su padre y si efectivamente decide fulminar a algunos de sus compañeros en la recta final del reality.