Las ventas de ropa no pasan por su mejor momento. El último Índice de Consumo, elaborado por la Cámara Argentina de Comercio y Servicios, indica que durante enero la desaceleración de las compras de indumentaria se ubicaron poco más de un 20% por debajo de los niveles previo a la pandemia de la Covid-19. La actividad no termina de recuperarse. Además, el año pasado, el precio de la ropa y del calzado registró una expansión del 121% respecto de 2021. El crecimiento interanual en diciembre de 2022 de los precios de la ropa se mantuvo casi 25 puntos porcentuales por encima de la inflación general que fue de 95% en el mismo período del Índice de Precios al Consumidor (IPC) Nacional, remarca un informe de IES Investigaciones Económicas Sectoriales.
El comportamiento de precios observado durante 2022 se debe a mayores niveles efectivos de protección comercial (mayores aranceles) a lo que se sumaron las restricciones de acceso al mercado de cambios para las importaciones, generando que se tenga que recurrir a los tipos de cambios paralelos y así dando lugar a la producción nacional para incrementar sus precios por encima de la inflación general (más que recuperando el terreno perdido en períodos anteriores), puntualiza la consultora. Por otra parte, a partir de septiembre de 2022 (ingreso de Sergio Massa al Ministerio de Economía) el sector comenzó a morigerar la dinámica de crecimiento en sus precios a la vez que en el margen parece insinuar una desaceleración. Según IES, hay que observar si en los meses siguientes si los acuerdos de precios funcionan en este sector.
La protección, tanto arancelaria como paraarancelaria, parece haberse agotado en lo que respecta al espacio de recuperación productiva, ya que esta ha retornado a los niveles previos a la pandemia con incrementos significativos en productividad, apunta Alejandro Ovando, director de IES Consultores. La escasez de insumos clave en la cadena, puede seguir afectando en el corto plazo, en un contexto de administración de divisas como el actual. No obstante, los acuerdos de precios funcionarían como canal de acceso parcial al mercado de cambios para disponibilidad tanto de insumos como de productos finales, estima el experto.
Las perspectivas para el consumo, en todos los niveles, no son alentadoras para este período, debido al achicamiento del poder de compra de los hogares argentinos. Para la Cámara Argentina del Comercio, a su vez, la dinámica negativa del ingreso se sostuvo en el arranque de 2023, año para el que se espera una nueva caída del poder de compra de los hogares como consecuencia de la falta de dinamismo económico, una inflación que se sostendría en niveles elevados y un proceso de recomposición tarifaria que aún se encuentra en marcha. El cuello de botella se observará entre este mes y el próximo, por el inicio de las clases. Según las mediciones de Focus Market, mientras el índice de precios cerró el año pasado en 120,8% de aumento promedio para indumentaria y calzado, los productos específicos para el rubro escolar como guardapolvo, calzado tuvieron incrementos interanuales de hasta el 142 %.
“El gobierno puede intentar acordar una canasta de útiles escolares con los diferentes proveedores de artículos escolares pero será un acuerdo hacia adelante ya que el arrastre de variación de precios en las diferentes categorías no se puede retrotraer", señaló Damián Di Pace, director Focus Market respecto de las salidas para abaratar costos de la canasta escolar.