Por Mariana Apud
22 Febrero 2023
AL COSTADO DE LA CANCHA. Gumy (primero sentado) sigue con atención el partido de su pupilo Tobías Franco. Disfruta con la formación de los más jóvenes. La Gaceta / foto Mariana Apud
“¿Cómo era yo como jugador? La gente tenía que sentarse y comprar varios snacks”. Sentado en el patio principal del Tucumán Lawn Tennis, sede de los torneos de la International Tennis Federation, Hernán Gumy le pone humor a algo tan complejo como definirse a sí mismo. Llegó a la provincia acompañando a varios jugadores que compiten en la rama masculina del certamen. Quienes lo enfrentaban en el circuito profesional sabían que Gumy resultaría el culpable de una larga estadía en la cancha. El ex número 39 del mundo empezó entrenando a jugadores como Guillermo Cañas, Guillermo Coria, Agustín Calleri y a dos ex número uno del mundo: el brasileño Gustavo Kuerten y el ruso, Marat Safin. También a la rusa, Svetlana Kuznetsova. ¿Por qué decidió cambiar radicalmente el perfil de entrenador? Gumy se lo contó a LA GACETA.
- Pasaste de entrenar profesionales a chicos que están empezando. ¿Cuál es el motivo?
- En 2016 abrimos una academia con Alejandro Lombardo y me empecé a enamorar de la formación de niños entre 11 y 18 años. Hay chicos que vinieron a Tucumán que los tenemos desde los 13 y ahora tienen 19. Es lindo ayudarlos en este recorrido tan duro.
- Si tenés que elegir entre una de las dos facetas como entrenador ¿con cuál te quedás?
- Me quedo con esta. Me gusta la formación. No descarto volver al circuito alto, pero por ahora estoy feliz y contento de ayudar a los chicos de nuestra academia.
- Te retiraste en 2001 ¿cambió el tenis?
- Ha cambiado, se ha hecho más rápido y los jugadores juegan más años porque están más sanos.
- ¿En qué sentido es lo de “más sanos”?
- Mejoró mucho la parte de kinesiología, la preparación física, todos juegan muy parejo. Son más atléticos y más rápidos. También provocó eso que hayan cambiado los materiales de las cuerdas y raquetas. La mayoría saca a más de 180 kilómetros por hora y antes no.
- Llegaste a jugar cinco horas y media en Roland Garros en 1998 y perdiste con Alex Corretja. ¿Cómo eran esos partidos?
- Los hacía sufrir demasiado (se ríe).
- Tenés también un triunfo ante Guillermo Vilas, en un challenger de Brasil, cuando él se estaba retirando.
- Uy sí. No soy de contar mucho, pero cuando me traen la historia... No recuerdo la ciudad (fue en San Pablo, en agosto de 1991). Guillermo era, es grande. Me acuerdo de que tenía unos nervios totales. Es mi ídolo por su sacrificio y su trabajo.
- ¿Cómo ves el tenis argentino?
- Lo veo bien. Cada uno o dos años aparecen jugadores y hay una buena camada que se va a solidificar. En los próximos años, unos ocho jugadores se van a mantener entre los top 100.
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