El peligro de los retos virales: claves para acompañar a los chicos

El peligro de los retos virales: claves para acompañar a los chicos

Especialistas e explican qué son y cómo enfrentar de manera certera este fenómeno para resguardar la salud y la vida de niños, niñas y adolescentes. Cómo hacer para que no estén pendientes de un like. Generar confianza

NO TODO ES JUEGO. Cuando los chicos entran en contacto con la tecnología corren peligros; por eso los padres deben estar atentos y acompañar a sus hijos. NO TODO ES JUEGO. Cuando los chicos entran en contacto con la tecnología corren peligros; por eso los padres deben estar atentos y acompañar a sus hijos.

Se los conoce como challenges. O retos virales. Son grandes protagonistas en la red. Estuvieron siempre, pero se hicieron fuertes en los últimos tres años. Los hay simpáticos, divertidos; están también los solidarios y los hay peligrosos. Precisamente por estos últimos se han encendido las alarmas.

Arriesgar la vida por un like se ha convertido en tendencia. Uno de los más nocivos incita a los chicos a desmayarse. Todo debe quedar grabado. Consiste en apretar al cuello con algún objeto que dificulte la respiración hasta desmayarse. Provoca falta de oxígeno en el cerebro y puede causar incluso la muerte.

Son varios los niños y niñas que han perdido la vida tratando de cumplir estos desafíos de las redes sociales. De hecho, a mediados de enero, una menor y un adolescente de nuestro país habrían fallecido según la investigación como consecuencia de haber realizado un reto viral de Tik Tok.

Tres especialistas explican que internet es un riesgo para las niñas, niños y adolescentes, por lo cual los padres deben tener el control de lo que ven y cómo interactúan sus hijos en las redes sociales. Los retos virales pueden ocasionar lesiones, fracturas y muerte de adolescentes y chicos, apuntan.

¿Cómo hablamos con nuestros hijos sobre estos retos?, le preguntamos a Cecilia López, psicóloga especialista en niños.

“Los padres tenemos que estar atentos a todos los tipos de contactos de nuestros hijos (amigos, grupos, lo que navega en internet, los vídeos que revisa, etcétera) no de un modo invasivo, sino de un modo “generando confianza”. Preguntarles ¿qué viste? Contame. ¿Es interesante? ¿Qué tal tu día? A veces necesitamos estar con nuestros hijos muy presentes y curiosos (con los niños, ya que les encanta eso a ellos) y más implícitamente con los adolescentes (que no les gusta que los invadamos). Pero generar la confianza en ellos es la clave. Desde pequeños, enseñarles a confiar en nosotros sabiendo que como padres, y como ellos necesitan, vamos a cuidarlos, protegerlos y aconsejarlos mejor que nadie”, apunta.

- ¿Qué les enseñamos, qué límites les ponemos?

- Las reglas son fundamentales en nuestro hogar familiar, y ver televisión, redes sociales, internet, etcétera no son excepciones para modular el tiempo de acceso a esas cosas. Poner horarios tales que nosotros estemos presentes controlando lo que investigan, escuchan, páginas que visita. Nunca dejarlos solos para ver estas cosas. Con los adolescentes es más complicado pero podemos hablar con ellos de estos temas ya que entienden mejor lo que está bien o mal en el límite de hacernos daño.

Autoestima

La gestión de emociones y la autoestima son algunos de los principales aspectos que deben potenciarse, coinciden los expertos. La pregunta es ¿cómo hacemos para que su autoestima no esté pendiente de un like en las redes?

“La autoestima se forma en la infancia, con lo cual, si hay fallas en un niño respecto a ésto, el niño manifestará una excesiva dependencia a la necesidad de que el otro lo apruebe con su mirada, con palabras, reconocimiento a permanentes, y hasta la necesidad de aprobación de todos con un like. Si aparecen exageradamente estas necesidades, es muy importante recurrir a un terapeuta especialista en niños que pueda acompañar y ayudarlos en familia a superar la necesidad de levantar su autoestima y trabajar tolerancia a la frustración”, explica López.

Según la profesional, siempre hay que estar atentos amorosamente con nuestros hijos, registrar sus necesidades, escucharlos atentamente mirándolos y hablar de lo bueno y de lo malo en nosotros mismos y en los demás. “Abrazarlos para que no solo registren el abrazo como refugio de amor y protección, sino también como espacio de confianza”, recomienda.

Preguntas claves

“Los retos virales tienen que ver con una necesidad de pertenencia”, sostiene Marcela Czarny, fundadora y directora de la Asociación Chicos.net, una organización que trabaja para promover el cumplimiento de los derechos de la niñez en entornos digitales. Chicos.net instó a reforzar la importancia de concientizar sobre los peligros de ciertos contenidos digitales y acompañar a niños, niñas y adolescentes para que puedan distinguir cuando están frente a algo que puede ser riesgoso.

Para Czarny, el desafío está en un acompañamiento cercano a las infancias, poniendo límites pero “sin pasarse de restrictivos”. Y sugiere algunos consejos prácticos para abordar esta temática.

Sobre los retos peligrosos a través de redes y aplicaciones, Czarny se planteó una serie de interrogantes:

• ¿Hay que restringirlos? Ante todo, se debe evitar cualquier tipo de planteo restrictivo. Lo ideal es un abordaje preventivo, consciente y de construcción conjunta de los límites.

• ¿Por qué lo hacen? Entender por qué acceden a esto es fundamental para tratar el tema de manera eficaz y que resulte en una construcción conjunta.

• ¿Son verdaderamente divertidos? A veces, lo que atrae es el riesgo en sí mismo: la tensión que genera el acercarse al extremo de lo peligroso puede llevarlos a arriesgarse, por lo que es importante debatir sobre los límites de lo divertido y lo sano para desarrollar un criterio seguro, comprendiendo que los riesgos y los desafíos son inherentes a esta etapa vital.

• ¿Cómo hablar de estos temas? Además de dialogar sobre la existencia específica de ciertos juegos y retos peligrosos, estos hábitos pueden darnos la oportunidad de hablar más en profundidad sobre otras problemáticas a las que se enfrentan en su crecimiento. Algunos ejemplos: la aceptación social y el sentido de pertenencia; la calidad de las relaciones y las amistades; los riesgos y valores de virtudes como el coraje, la determinación y la precaución; los conceptos de privacidad y exposición; y la desmitificación de lo que se ve en las redes.

Es importante conocer la existencia de estos “challenges” y sus consecuencias para acompañar a chicos y chicas a distinguir cuándo están frente a un reto divertido de cuando están frente a algo que puede ser peligroso, señalan los expertos. “Los retos seguros circulan mucho en Tik Tok y Reels. Suelen ser bailes, juegos y otras propuestas para divertirse con un desafío. Los retos peligrosos, en cambio, pueden dar lugar a lesiones físicas graves o daños permanentes. Algunos de los ejemplos más conocidos fueron el de Momo o la Ballena Azul, que incluían narrativas alarmantes de autolesiones o suicidio”, explican desde la organización.

Cuatro pasos

Hay cuatro pasos para chequear si un reto en línea es seguro o no, que pueden servir de puntapié para charlar con los hijos e hijas sobre este tema y también para reflexionar:

1- Frená. Pensá en lo que estás mirando.

2- Pensá: ¿es real? ¿es seguro? ¿es dañino? Si no estás seguro, consultá con una persona adulta o con tus amigos o buscá más información en fuentes autorizadas.

3- Decidí. Si puede hacerte daño, no lo hagas. No vale la pena ponerte en riesgo a vos o a otras personas.

4- Actuá. Reportalo en redes y no lo compartas.

Más consejos

No debe ser un tema vedado.  Los padres deben conversar de los contenidos de las redes sociales, en especial de los retos virales. Uno puede contarle con sus propias palabras de qué se trata el viral peligroso y preguntarle qué les parece a ellos. Es clave destacar que los vínculos se fortalecen en la presencialidad y no por cuantos seguidores o me gusta consiguen en una publicación.

No enjuiciar. Lo primero es no enjuiciar; la clave es validar sus emociones, escuchar lo que les pasa, aun si ellos creen que no están en lo correcto. Si son enjuiciados o criticados, los niños se van a cerrar. La comunicación se construye mostrando interés en sus emociones, en los que les preocupa.

Cuestionar. Se puede cuestionar cuál es el fin de estos retos, y conocer cuál podría ser la motivación de un niño para hacerlo. En base a eso, hacer un acompañamiento desde el amor, que se sienta acogido.

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