Llegar como máxima favorita a un torneo de tenis siempre genera expectativa. Indica que, si la lógica se da, debería ganar el título, y ese ya es un motivo para ver en acción a la candidata. Con Francesca Jones, primera preclasificada del ITF W25 “SMT Cup”, sucede algo más. Saca, volea, se desplaza, pega el drive, el revés a dos manos, todo con perfil diestro. Obedece las órdenes de su entrenador español, César Fabregás, y de su preparador físico portugués, Mario Ferreira, como cualquier otra jugadora. Así se la vio, a pleno, durante el entrenamiento matutino de ayer en una de las canchas del Tucumán Lawn Tennis.
Pero hay algo más respecto de Jones. Jugar con cuatro dedos en cada mano, con tres en el pie derecho y con cuatro en el izquierdo no es una desventaja para ella, al contrario de lo que pueda pensarse de la número 149 del ranking mundial. “He podido pasar situaciones y circunstancias duras a una edad muy temprana y me ha ayudado a madurar muy pronto”, explica. Así se siente con respecto a la displasia ectodérmica por electrodactilia, un síndrome muy extraño con el que nació hace 22 años y que afecta a las extremidades.
Para rastrear su condición hay que prestar mucha atención. Quizás en un entrenamiento no se pueda advertir algo porque ella usa una que otra venda, al estilo Rafael Nadal. El síndrome es apenas perceptible.
Su equilibrio y estabilidad sobre el polvo de ladrillo tucumano ni por asomo lleva a pensar que le faltan tres dedos en total en los pies. “Las jugadoras saben que cuando entran a la cancha contra mí tienen que luchar mucho”, afirmó. Jones acumula seis títulos ITF y en 2021 logró acceder a los cuadros principales del Abierto de Australia y de Wimbledon.
En detalle
Ella no siente ninguna incomodidad cuando habla de su condición. Al contrario, Jones intenta transmitir su convivencia con el síndrome. “Cualquier impacto positivo que mi historia pueda tener en una sola persona, en 100 o en miles es un privilegio para mí. Me llena mucho ayudar a aquellas personas a las que les hayan marcado límites”, sostiene.
Es que varios médicos le habían dicho que los deportes no serían parte de su vida, pero Jones determinó otra realidad. “Es un mundo duro -describió con una mueca de sonrisa nerviosa- y a la gente le gusta decir muchas cosas. Pero yo quiero ayudar a quienes estén pasando por momentos difíciles”. “Ya sean físicos o mentales”, aclaró, y tiró la invitación: “con cualquiera que venga estoy muy abierta a conversar. Siempre mi intención es dar un mensaje positivo”, insistió.
Jones habla un perfecto español. ¿La razón? Está vinculada con el tenis. Desde muy pequeña sintió que en Inglaterra no había tanta cultura tenística, al menos al punto que ella deseaba. Por eso se fue a Barcelona. “Elegí la ciudad porque soy fan de Messi”, responde entre broma y también en serio. “Buscaba un sitio en el que podía crecer como jugadora y Barcelona tiene muchas academias y jugadoras con las que puedo jugar”, comentó.
Ser la máxima favorita en Tucumán tiene un condicionante para Jones, basado en la poca actividad en 2023 (jugó sólo un torneo). “Esta semana no me considero la favorita, me considero una jugadora más -enfatiza-. Todo con mucha humildad. Vine a disfrutar”.
La actividad de los torneos
Mañana a las 8.30 se iniciarán en Lawn Tennis las qualys del ITF femenino (reparte 25.000 dólares) y del masculino (15.000). Se determinará así la integración del cuadro principal en ambos certámenes. Los partidos de primera ronda se pondrán en marcha el martes. Los organizadores anunciaron que una invitación especial fue destinada para la tucumana Emilse Ruiz.
Etcheverry se quedó en cuartos de final
Es tiempo de semifinales en el ATP 250 de Buenos Aires. Tomás Etcheverry había empezado bien, pero el británico Cameron Norrie -segundo favorito- terminó ganando con autoridad: 5-7, 6-0 y 6-3. Norrie jugará con Juan Pablo Varillas, que viene desde la clasificación. El peruano ya había eliminado a Dominic Thiem y ayer venció al italiano Lorenzo Musetti por 6-4 y 6-4.