El regreso fue en modo electoral. El acto de reasunción como gobernador en el Teatro Mercedes Sosa tuvo ese cariz. Se notó en la concurrencia y también en el discurso. Juan Manzur afirma que “tiene la cabeza puesta en Tucumán y en el 14 de mayo”, el domingo de la elección que proclamará a su sucesor en el cargo. No duda que será Osvaldo Jaldo que, en los 513 días de su ausencia para ocupar la Jefatura de Gabinete, se hizo cargo de la Provincia. Reconoce que su objetivo es ganar esos comicios y consolidar a Tucumán como uno de los bastiones del peronismo.
Manzur apeló a la mística justicialista. Trajo a sus principales aliados para que la ceremonia sea casi similar a la de la asunción como gobernador. Por su casa, anoche pasaron el ministro del Interior, Eduardo “Wado” de Pedro (uno de los más aplaudidos por la tribuna oficialista de ayer), y los gobernadores Raúl Jalil (Catamarca); Ricardo Quintela (La Rioja); Gerardo Zamora (Santiago del Estero); Gildo Insfrán (Formosa) y Oscar Herrera Ahuad (Misiones). En esa cena, de la que también participaron el intendente de Ezeiza, Alejandro Granados, y el diputado nacional Julio Pereyra (referente de Florencio Varela), se habló del difícil reacomodamiento del Frente de Todos a través de una mesa de acción política. Ayer, varios de los invitados especiales partieron hacia Buenos Aires para asistir a ese encuentro oficialista en la sede central del PJ. ¿Por qué no fue Manzur? El gobernador señala a LA GACETA que sí se le consultó acerca de su asistencia, pero que difirió su participación para retornar a la provincia.
Los allegados a Manzur consideraron que no era conveniente que el vicepresidente del PJ Nacional estuviera en una primera cumbre para limar ciertas asperezas, puertas adentro, y en el que se redactaría un documento inicial sobre las bases de la estrategia política oficialista.
¿Cómo se siente al dejar un cargo de tanta exposición pública y política y volver a la provincia para cerrar su mandato?, se le pregunta. Manzur responde que debía retornar para cumplir otro ciclo en la gobernación y acota que tiene la sensación de que se retiró por la puerta grande de la Casa Rosada, tal como lo había manifestado Jaldo en su discurso de hoy. El mandatario dice que se siente gratificado por las palabras de despedida del presidente Alberto Fernández, al expresarle su “profunda gratitud” porque “le puso el pecho a las balas y ayudó como pocos” durante su gestión.
De la misma manera se sintió reconfortado por la llamada que le hizo la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner, justo cuando De Pedro se despedía de Tucumán, tras el almuerzo ofrecido a los visitantes en el hotel Sheraton de esta ciudad.
Manzur no ha abandonado su intención de colarse en el debate por las candidaturas nacionales. Buenos Aires sigue siendo empapelado con los afiches azules de “Juan XXIII”, atribuidos a la agrupación peronista La Rucci. La imagen de ayer con “Wado” de Pedro en Tucumán ha causado algunos comentarios acerca de una probable fórmula con vistas a las PASO de agosto. Manzur niega esas versiones, pero aclara que aún se están debatiendo estrategias internas en el Frente de Todos antes de definir las candidaturas. Su paso por la Jefatura de Gabinete le ha permitido estrechar lazos no sólo con gobernadores, empresarios, sindicalistas, sino también con diplomáticos, como el embajador de los Estados Unidos en la Argentina, Marc Stanley, que le envió una carta a Manzur con un “hasta pronto” al final de la misiva.
Los problemas económicos de la Argentina son seguidos no sólo por la sociedad, sino también por la comunidad internacional. En un año electoral como 2023, hay cierta propensión a la expansión del gasto público y eso es lo que inquieta a los organismos acreedores del país. Además, la inflación continúa en niveles elevados y, en la cena del miércoles varios asistentes coincidieron en que será el principal rival del Frente de Todos, en su intento por conservar el poder en la Argentina. La economía jugará un rol protagónico en las urnas.
Lo que viene
Manzur, mientras tanto, se dispone a analizar el mensaje de apertura de sesiones ordinarias de la Legislatura. Confirmó que el 1 de marzo irá a la Cámara para dar ese tradicional mensaje. También descartó un viaje programado para esos días hacia los Estados Unidos. Por ahora se quedará en territorio tucumano, pero afirma que, si es necesario, viajará las veces que considere oportuno para gestionar el financiamiento federal prometido a la provincia para no detener el ritmo de la obra pública.
El regreso del gobernador abre interrogantes acerca de la situación interna de las distintas vertientes del Frente de Todos. En el acto de hoy, varios dirigentes presentes deslizaron sus dudas acerca de la perdurabilidad de la relación política entre Manzur y Jaldo. “Yo cumplo la palabra. Pondré todo para que Osvaldo Jaldo sea gobernador, porque es un hombre de trabajo y leal”, insiste el mandatario. “No tengo nada que reclamarle ni reprocharle. El día que me fui a Buenos Aires, él estuvo a mi lado. Ahora, cuando me tocó volver, también estuvo. Son gestos con mucho valor”, se explaya. Manzur reconoce, no obstante, que pueden persistir diferencias. “Eso es algo normal en cualquier coalición. Por eso, hay que abrazar a todos, porque todos somos iguales y porque buscamos el triunfo del Frente de Todos”, agrega el presidente del distrito Tucumán del Partido Justicialista. El titular del Poder Ejecutivo trata de no hablar de la oposición, pero sí asegura que será el candidato a vicegobernador por el oficialismo en las elecciones de mayo.
Manzur ha dado dos señales claras con la convocatoria en el Teatro Mercedes Sosa. Por un lado, que su figura sigue teniendo peso a nivel nacional más allá de que ya no tenga cargo en la Casa Rosada. Por el otro, que se pondrá al frente de la campaña para buscar un triunfo importante del PJ en el sexto distrito electoral más importante de la Argentina y así consolidar su liderazgo territorial, de la mano de su compañero de fórmula, Osvaldo Jaldo.