El incremento en el precio de las verduras más utilizadas diariamente y en los cortes más populares de carne ha impactado en la inflación tucumana del primer mes del año electoral. Pero este comportamiento no sólo se ha evidenciado en las pizarras de las verdulerías y de las carnicerías, sino también en el menú de los restaurantes que, en algunos casos, han encarecido el costo de la guarnición o, en su defecto, esos negocios han decidido cobrarlos por separado. La inflación de enero ha sido del 5,83%, de acuerdo con los datos difundidos por la Dirección de Estadística de la Provincia. El resultado está por debajo del 6% calculado por el Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec) para el Gran Buenos Aires y también de la tasa regional, que ha sido del 6,3% en el arranque de este 2023.
Según los datos oficiales, el rubro “Restaurantes y hoteles” ha sido el que más reajuste experimentó en enero respecto de diciembre, con una variación del 11,8% (un fenómeno estacional propio del verano), mientras que en “Alimentos y Bebidas no Alcohólicas” (el de mayor incidencia en el cálculo del Índice de Precios al Consumidor) fue del 7,7%.
La papa sigue destacándose en el IPC como el producto menos estable en el nivel de precios. El mes pasado ha subido un 54,4%. Las ensaladas tampoco se salvaron de los aumentos. Por caso, el tomate redondo subió un 24% y la lechuga se reajustó un 22,2%, de acuerdo con el diagnóstico oficial. En tanto, la cebolla aumentó cerca de un 17% sólo el primer mes del año. La manzana, a su vez, se ha convertido prácticamente en una fruta de lujo, que aumentó un 42,4% el mes anterior y en los barrios puede conseguirse entre $ 400 y $ 700 el kilo, según la calidad y la procedencia.
Por el lado de la carne, el mayor incremento se observó en la milanesa preparada, que subió un 21,4%, mientras que la nalga lo hizo en torno de un 3,5%.
En la economía de las familias tucumanas hubo otros incrementos que golpearon con dureza el bolsillo. Por ejemplo, las expensas aumentaron un 15,4%, mientras que el seguro del automóvil lo hizo cerca de un 17,5%, en promedio.
Por regiones
El comportamiento del Índice de Precios al Consumidor ha sido dispara en las distintas zonas del país, de acuerdo con el reporte del Indec.
La región del Gran Buenos Aires, estuvo a tono con el índice general con un 6%, mientras que la región de Cuyo tuvo el porcentaje de inflación más alto del país con un 6,4%. Lo siguió la región Noroeste con un 6,3% mientras que el más bajo fue el Noreste con 5,6%. Más a tono con el promedio estuvieron la Patagonia con un 5,9% y la región pampeana con 6,1%. Estos resultados se dieron en el momento en que el Gobierno nacional apeló al programa Precios Justos para evitar una disparada en el valor de los alimentos. La variación interanual de la inflación ha sido del 98,3%.
De acuerdo con la medición del Instituto de Estadística de los Trabajadores (IET) de la Universidad Metropolitana para la Educación y el Trabajo (UMET) y el Centro para la Concertación y el Desarrollo (CCD), se trata de “la máxima marca en un período de 12 meses desde 1991”.
Para el director general del CCD y ex ministro de Educación de la Nación, Nicolás Trotta, la suba de precios de enero muestra que la inercia de la inflación no se va a detener sin acuerdos firmes y concretos entre todos actores sociales y económicos. “En los últimos meses, con la llegada de Sergio Massa al Ministerio de Economía, hemos visto un ordenamiento de prioridades y de estructuras en torno del objetivo de estabilizar la economía que aún es insuficiente. Es importante continuar avanzando por un camino que debe tener como norte la recuperación de la capacidad de compra del salario, tanto de los trabajadores registrados a partir de la paritaria, como de los trabajadores informales”, remarca.
En tanto, Eugenio Marí, economista Jefe de Libertad y Progreso, dice “en los últimos meses la urgencia llevó a tomar medidas que son sorprendentes para un gobierno kirchnerista: ajuste del gasto, quita de subsidios, intentos de fiscalización de la asistencia social. Sin embargo, resultan insuficientes a la luz de los desequilibrios que viene acumulando la economía”. “Por ejemplo -menciona-, incluso con la última suba, el boleto de colectivo en el Área Metropolitana de Buenos Aires sigue 40% más atrasado que en diciembre de 2015”.
Lautaro Moschet, economista de Libertad y Progreso, sostiene que “la inflación nuevamente se está escapando de los parámetros que manejaba el gobierno y dejan en evidencia la incapacidad de los controles de precios. El problema no está en las góndolas, sino en la depreciación constante de nuestra moneda causada por la desconfianza en los funcionarios y el exceso de oferta monetaria. Por el momento, no hay razones teóricas para pensar que la inflación va a bajar y la incertidumbre en un año electoral puede incluso empeorar la situación”.
Por su parte, Damián Di Pace director de la Consultora Focus Market, indica que el gobierno mantiene su apuesta fuerte a Precios Justos intentando renovar el programa hasta junio con aumento del 3,2% mensual. Sin embargo, advierte, “hay un variación de precios dual en el canal minorista en consumo masivo”. “En grandes superficies lo que es justo en materia de precios es injusto en materia de reposición y cantidad ofrecida. El stock es limitado y en algunos casos ausentes. En el canal tradicional de autoservicios nacionales y chinos la cantidad es justo con buen surtido y entrega pero el precio es más injusto en términos de lo que el gobierno pretende por que los aumento son los de mercado en algunos casos de dos dígitos”, explica.