Turf: para una carrera exitosa los “starters” no pueden fallar

La definición de una carrera de caballos, el instante en el que los competidores cruzan el disco, dispara la adrenalina al máximo. Pero las emociones habían comenzado antes, al momento de la largada, cuando se abren los partidores y los pura sangre se lanzan a toda velocidad. En ese sentido, Matías Basualdo y Fabián Ortiz hacen un trabajo imperceptible pero fundamental en el hipódromo tucumano. La dupla se encarga del mantenimiento, arreglo y control de las gateras, esos compartimentos en los que se ubica cada caballo con su jinete, listos para partir.

Ambos eran jockeys y mutaron en starters, como se conoce a quienes abren las gateras. En una disciplina en la que hay tantas expectativas en juego, la tarea coordinada que realizan es fundamental.

“En Tucumán seguimos teniendo el mecanismo manual con sistema de imanes y batería, a diferencia de los hipódromos del primer mundo donde la apertura es hidráulica, lo que genera mayor precisión”, explican, haciendo la salvedad de que el único lugar del país con gateras hidráulicas es el hipódromo de Palermo.

Ortiz contó, previo a la última carrera del domingo pasado, que hace cuatro años tiene las gateras tucumanas a su cargo, mientras que su compañero Basualdo lleva dos años. El mantenimiento de los partidores se intensifica en los días previos a las reuniones, para evitar problemas el día de la competencia. “Controlamos que las gateras estén sincronizadas porque son 15 caballos que tienen que largar al mismo tiempo, y cada puerta tiene su ‘maña’, debido a que los resortes y palancas deben estar calibrados”, ilustra el starter.

“Se disfruta más correr, pero se necesita mucho tiempo y dinero para dedicarse a eso, además de buen estado físico. Ser jockey es un trabajo muy sacrificado”, cuenta Basualdo.

“Tenemos mucho respeto por los animales y por la justicia en la carrera. Es un trabajo que se elige y la sangre es una correa que tira, a nosotros nos tocó esto y lo amamos”, destacaron, mientras disfrutaban de la concurrencia, de la gente que iba y venía por el hipódromo y de volver a ver caras conocidas del turf en Tucumán, el cual comenzó a galopar el domingo. (Producción periodística: Joaquín Espeche)