El Tribunal de Dolores ya dio a conocer la sentencia a los ocho rugbistas imputados por el asesinato de Fernando Báez Sosa. En ese marco, y luego del veredicto de los jueces, los acusados fueron trasladados al penal de Melchor Romero hasta que se definan las cárceles definitivas donde serán alojados. En las últimas horas se conoció que el Servicio Penitenciario bonaerense retiró los celulares a los rugbistas, lo que provocó el disgusto de los detenidos. Los guardias del penal temen por la vida de ellos.
Semanas antes de la lectura del veredicto se supo que la relación entre los ocho rugbistas no era la misma. El grupo se había dividido en dos bandos por una razón: ninguno quería ser condenado a prisión perpetua, sentencia que posiblemente iba a recibir Máximo Thomsen debido a su participación en el crimen. Días después de la condena, esas diferencias se incrementaron.
Thomsen podría ser alojado en soledad por la mala relación que tiene con los otros cuatro rugbiers condenados a perpetua. Entre las diferencias que existen entre los condenados hay pases de factura y reproches.
Qué elemento les sacaron y qué ayuda pidieron los rugbiers
Según reconstruyó Noticias Argentinas, uno de los rugbiers dijo: “Nos sacaron los celulares que usábamos para hablar con nuestras familias. Hablar con ellos era lo único que nos mantenía vivos”.
Los más afectados serían Máximo Thomsen y Enzo Comelli. Ambos habrían requerido asistencia psicológica en varias oportunidades. Incluso, habrían pedido que se les otorguen biblias y la presencia de un pastor evangélico, tal como reveló el canal de noticias TN.
Por otra parte, el Servicio Penitenciario Bonaerense (SPB) alertó sobre el futuro de los detenidos por el estado de salud de algunos ellos: se teme que puedan tomar decisiones trágicas sobre sus propias vidas.
Recordemos que los imputados no recibieron igual condena. Máximo Thomsen, Ciro y Luciano Pertossi, Enzo Comelli y Matías Benicelli fueron condenados a prisión perpetua, mientras que Blas Cinalli, Ayrton Viollaz y Lucas Pertossi recibieron penas de 15 años de cárcel. Este fallo, dictado por el Tribunal de Dolores, será apelado por los abogados de la familia Báez Sosa en el Tribunal de Casación.