Todos sabemos que el 14 de febrero se celebra históricamente el Día de San Valentín o Día de los Enamorados. En todo el mundo (aunque con tradiciones diferentes) se aprovecha esta jornada para festejar el amor de pareja. Y aunque la fiesta ha tomado un tinte comercial, su origen -muy poco conocido- se remonta a los primeros siglos del catolicismo.
San Valentín no es sólo el nombre de la fiesta. Se trata, justamente, del día de un santo, elevado a esa categoría por sus acciones en vida y por su violento fallecimiento.
El protagonista es Valentín de Roma, que era un médico que se hizo sacerdote. Durante el gobierno del emperador Marco Aurelio Claudio (214-270), él se propuso casar a los jóvenes que así lo quisieran.
El problema es que ese sacramento estaba prohibido por el emperador; el gobernante tenía la idea de que los jóvenes eran mejores soldados si no tenían familia ni pareja. Para lograr guerreros más enfocados y más prácticos en la batalla, decidió que la gente joven no podía contraer matrimonio.
Pena y reconocimiento de San Valentín
Ante la medida de Marco Aurelio -muy poco aceptada entre las parejas- Valentín empezó a oficiar bodas en secreto. Hasta que el emperador se enteró y ordenó la detención del sacerdote, que fue juzgado y condenado a muerte por desobedecer las órdenes del gobierno. Fue ejecutado el 14 de febrero de 270.
Esa es la historia oficial: en la Iglesia Católica hay 11 santos llamados Valentín, tres de los cuales difundían mensajes de amor. Y también hay otras versiones; se dice que un religioso de nombre Valentín repartía flores en la calle, o que una persona con ese nombre cortaba corazones de pergamino y los repartía entre los soldados.
Lo cierto es que este Día de los Enamorados corresponde al primero con ese nombre; 200 años más tarde, el papa Gelasio I ordenó santificar al mártir y agregar el día de su muerte al calendario litúrgico.}
Desde ese día, el 14 de febrero es el Día de los Enamorados. Aún así, existen varias teorías sobre cómo era la imagen de Valentín y cuánto de lo que se dice de este santo es real.
Lupercalia: la fiesta de los enamorados
La fiesta surgió también en Roma, aunque era muy diferente a cómo la conocemos hoy.
Cuenta la historia que en el imperio existía un festival de nombre Lupercalia, que representaba una oda a la fertilidad: se celebraba del 13 al 15 de febrero, y los hombres jóvenes debían desnudarse y, vestidos con pieles, tenían que perseguir a mujeres y golpearlas con tiras de piel de cabra para “procurar” la fertilidad de las mujeres.
Esa festividad fue prohibida algunos años más tarde (cerca del año 391).
Para enmarcar la celebración dentro de la moral cristiana, un Papa amoldó Lupercalia y la redujo a una jornada con otros cambios.
Así, la fiesta fue absorbida por San Valentín, que hoy sirve para celebrar el amor en todas sus formas.
Con el pasar de los siglos, la celebración perdió todo su carácter religioso y se convirtió en una festividad laica, que sólo conserva el nombre de un santo. La Iglesia Católica busca hoy separarla de todo tinte religioso.