La inflación avanza mes a mes y no hay rubro que quede al margen de las subas. Los alquileres están contemplados en esta generalidad y aquellos inquilinos que firmaron sus contratos en febrero del año pasado ya están calculando cuánto deberán pagar a partir de la renovación de este mes.
De acuerdo a lo que establece la ley de alquileres, vigente desde el 2020, el aumento de las locaciones se da una vez al año: tanto al cumplirse los 12 meses de la firma del contrato como a los 24 meses. En ese momento, todos los inquilinos deben pagar un aumento a través de un cálculo que se realiza tomando en cuenta la Remuneración imponible promedio de los trabajadores estables (Ripte) y la inflación (IPC).
Ante este escenario, si se ajustan los datos a los próximos días del mes, la última actualización oficial, rondaría en un porcentaje superior al 80%. Por esto, una persona que firmó su contrato el 15 de febrero del 2022 por $ 40.000, por ejemplo, deberá pagar a partir del 15 de este mes $ 74.880. Para quienes debieron hacerlo en enero, la suba fue del 81%.
Más allá del impacto que esto tendrá en los bolsillos de los inquilinos, las subas en los alquileres siguen estando por debajo de la inflación general nacional porque si se tiene en cuenta el crecimiento interanual del Índice de Precios al Consumidor (IPC) los aumentos rondarían el 99% de enero a enero.
86% de suba
En diálogo con LA GACETA, el presidente del Colegio de Corredores inmobiliarios, Fernando Guzmán, confirmó que para el segundo mes del año el índice de actualización arrojó un incremento del 85.6% y por lo tanto, los contratos que se firmaron en febrero del año pasado y estuvieron congelados todo un año tendrán un aumento del 86%. “El aumento está por debajo de la inflación pero por arriba de los sueldos”, manifestó.
Sobre la realidad que atraviesa el sector, Guzmán indicó que las fluctuaciones del dólar no fueron favorables porque ante el incremento que registró la moneda, las personas se refugiaron en la moneda y se retiraron del mercado inmobiliario.
Susana Quiroga, presidenta de la Cámara de administradores de consorcios, reconoció a este medio que como consecuencia de los incrementos en distintos sectores, las expensas sufren readecuaciones mensuales. “Desde agosto del año pasado venimos soportando aumento por las paritarias del gremio. Para un consorcio es imposible sostener un empleado con jornada de ocho horas. En agosto y septiembre se pagaron $ 12.000 al plus de lo que venían cobrando en el sueldo; en octubre y noviembre pagamos $ 18.000 de un bono; en diciembre $ 24.000, más el bono que ya tienen acordado del 20%. En enero pagamos $ 24.000 y ahora tenemos otro bono de $ 26.000”, detalló la referente.
Ante esto, Quiroga reconoció que mensualmente las expensas sufren ajustes del 20 al 30% para afrontar los gastos. “Esto también genera una alta morosidad porque hay inquilinos y familias que no pueden soportar todos los aumentos”, lanzó.
Presupuestos elevados
Un relevamiento reciente de LA GACETA reflejó que una persona necesita, mínimamente, $ 80.000 para alquilar por primera vez un monoambiente en la capital provincial. Además, desde hace tiempo en esta zona de la provincia se viene reflejando un fenómeno donde la alta demanda habitacional no tiene correlato con la oferta disponible, lo que vuelve cada vez más difícil encontrar una propuesta que equilibre precio, calidad y buena ubicación. “Hay mucha demanda y poca oferta, fueron cuestiones del mercado que, en cadena, hicieron que el inversor no quiera comprar departamentos para su construcción y así se van reduciendo las alternativas disponibles”, manifestó Romina Gordillo, vicepresidenta del Colegio de Corredores Inmobiliarios de Tucumán.