Esclerosis múltiple, conocida como la enfermedad de las mil caras

Esclerosis múltiple, conocida como la enfermedad de las mil caras

En el mundo, 2.8 millones de personas conviven con este mal. Hay un nuevo caso cada cuatro minutos

10 Febrero 2023

La esclerosis múltiple (EM) es una enfermedad crónica, inflamatoria, desmielinizante, degenerativa e inmunomediada que afecta el sistema nervioso central, o sea el cerebro, el tronco encefálico, la médula espinal y los nervios ópticos, destacan los neurólogos Pablo A. López y Edgar Carnero Contentti, del Hospital Alemán, en un comunicado que busca generar conciencia sobre esta afección. Actualmente la padecen 2,8 millones de personas en todo el mundo y también, en el planeta, se diagnostica un nuevo caso cada cuatro minutos.

La buena noticia es que en las últimas décadas ha surgido una amplia variedad de tratamientos modificadores del curso natural de la enfermedad con una alta eficacia en disminuir la agresividad de la enfermedad y limitar las secuelas a largo plazo. Tanto los tratamientos farmacológicos como las terapias de rehabilitación han mejorado indiscutiblemente la expectativa y calidad de vida de las personas con EM.

El conocimiento de la enfermedad ha crecido en forma logarítmica en los últimos años. Esto ha llevado al desarrollo de un gran número de nuevos fármacos y otros en vía de desarrollo, un mejor manejo de los síntomas y un abordaje más amplio en la rehabilitación de los pacientes. El diagnóstico precoz, el tratamiento temprano y oportuno, así como la implementación de equipos interdisciplinarios, han modificado la evolución a largo plazo de la enfermedad.

Es de fundamental importancia continuar con los esfuerzos en investigación, concientización de la comunidad médica, educación y divulgación científica en la sociedad para garantizar el bienestar y la calidad de vida de los pacientes subrayan los especialistas.

Calidad de vida

A la edad de aparición de la EM, los pacientes suelen tener una vida muy activa a nivel social, familiar y laboral. La EM produce lesiones que pueden dejar diferentes grados de secuelas y limitaciones funcionales.

Por otro lado, algunos síntomas generales propios de esta patología y de manifestación variable, como ser la fatiga, el dolor, los síntomas anímicos, los trastornos urinarios, de disfunción sexual y la afección cognitiva impactan negativamente en la calidad de vida de los pacientes.

Típicamente la EM afecta personas jóvenes (entre los 20 y los 40 años). Sin embargo, en forma menos frecuente puede presentarse en adolescentes, inclusive en la edad pediátrica o en adultos mayores. Las mujeres son afectadas dos a tres veces más frecuentemente que los hombres.

Para arribar al diagnóstico es fundamental recabar información sobre las manifestaciones clínicas de los pacientes al momento de la evaluación y en el pasado. No existe una prueba única que dé el diagnóstico específico de la enfermedad, sino que se suman las características clínicas, estudios complementarios como la resonancia magnética, análisis de líquido cefalorraquídeo y eventualmente potenciales evocados visuales.

Síntomas

La EM es conocida como la enfermedad de las mil caras por la variabilidad en los síntomas y las formas de presentación. Los síntomas dependen de las áreas lesionadas en el sistema nervioso; y no solamente varían entre diferentes personas sino también en una misma persona y según el momento de la enfermedad. También pueden variar en gravedad y duración. Aparecen en forma aguda o subaguda, instalándose a lo largo de pocos días con duración e intensidad variables de los síntomas. Pueden resolverse por completo en uno o dos meses o dejar alguna secuela a largo plazo.

Una persona con EM experimenta normalmente más de un síntoma, pero no todas las personas van a experimentar todos los síntomas posibles. Entre otras, las manifestaciones más frecuentes son: disminución de la sensibilidad y/o fuerza en una parte del cuerpo, alteraciones visuales, en general de un solo ojo, trastornos del equilibrio.

Además, hay síntomas generales o inespecíficos como la fatiga, los trastornos del ánimo, fallas cognitivas, alteraciones del control de esfínteres o disfunción de la esfera sexual.

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