Miles de franceses se movilizaron este martes para expresar su rechazo a la reforma jubilatoria que impulsa la administración de Emmanuel Macron.
Las medidas que cristalizan el enojo de la sociedad son el retraso progresivo hasta 2030 de la edad de jubilación de 62 a 64 años y el adelanto a 2027 de la exigencia de cotizar 43 años (y no 42 como ahora) para cobrar una pensión completa.
El gobierno francés señaló que la reforma es necesaria para evitar un futuro déficit en la caja de las pensiones y para acercar la edad de jubilación en Francia, una de las más bajas de la Unión Europea (UE), a la de sus vecinos.
Amparados en altas cifras de rechazo a la medida y tras la mayor manifestación contra una reforma social en tres décadas, con entre 1,27 y 2,8 millones de personas en las calles el 31 de enero, los sindicatos libran su ofensiva con paros y protestas pacíficas.
Según las autoridades, el servicio de trenes y el transporte público parisino estaban hoy "perturbados", aunque menos que en protestas anteriores, mientras que un vuelo de cada cinco tuvo que ser anulado en el aeropuerto parisino de Orly.