Además de los temas económicos, la obra pública ocupa uno de los focos del año electoral. El Gobierno provincial apostó a ese programa de trabajos públicos para mostrar al electorado que hay acción y que no todo se queda en la promesa. La fotografía actual señala que la gestión actual, interinamente a cargo del vicegobernador Osvaldo Jaldo y con el respaldo del jefe de Gabinete y gobernador en uso de licencia, Juan Manzur, intenta recuperar el terreno perdido en materia de financiamiento federal para el desarrollo de la infraestructura. En este aspecto, en la Casa de Gobierno advierten dos momentos considerados claves para el ritmo de la obra pública. Tanto Manzur como Jaldo coinciden en que, durante el primer mandato, Tucumán fue relegada en el plan federal durante la administración del presidente Mauricio Macri (2015-2019). Pese a ello, surge el segundo ciclo, con la asunción de Alberto Fernández y la recuperación del poder por parte del Frente de Todos. Más aún desde que Manzur se convirtió en jefe de Gabinete, en septiembre de 2021.
A partir del estudio de los datos oficiales se concluye que Tucumán es la segunda provincia que menos importancia ha dado a la obra pública en la última década superando solo a Santa Cruz, señala un diagnóstico elaborado por el economista Pablo Pero. Solo 6% del presupuesto se ha destinado a ese fin; peor aún, los fondos así destinados se subejecutan significativamente todos los años. En Tucumán los puentes se caen, los diques se agrietan, y las autopistas se anuncian, pero no se hacen, el hallazgo parece haber encontrado la razón del problema, puntualiza el presidente de la Fundación Iniciativa de Pensamiento Colectivo (IPEC).
Durante las últimas semanas los tucumanos estuvimos en vilo, escuchando como grietas en el Dique El Cadillal podrían terminar, supuestamente, inundando buena parte de la provincia. Esta situación invita a actualizar el análisis sobre la obra pública tucumana, invita el economista.
A su criterio, “la impresión de los tucumanos es que no hay grandes obras, una vuelta por las provincias vecinas muestra la magnitud de nuestro retraso”. Un caso paradigmático -señala- es Santiago del Estero, con una simple visita se pueden admirar obras nuevas que cambiaron la provincia: la terminal de ómnibus (2008), el nuevo acceso y puente en la ciudad de Termas del Río Hondo (2021/22), el Estadio Madre de Ciudades (2021), el Autódromo de las Termas (2008), su mejora a primer nivel (2013) y reparación tras incendio (2022). En Tucumán la última obra que llama la atención es posiblemente el Hospital del Este, que cumplirá ahora 10 años de vida, compara el titular del IPEC.
¿Es esta falta de obras una impresión personal y subjetiva, o hay datos que permitan llegar a una afirmación concluyente? Tomando los datos desde el Ministerio de Economía de la Nación, Pero llega a la conclusión de que hubo una decisión explícita de priorizar los gastos corrientes antes que obra pública y que, frente a esa situación, “hoy es imperioso que Tucumán duplique su nivel de inversión para acercarse a las provincias promedio”.
“Hace dos décadas Tucumán invertía en obra pública más que el promedio de las provincias argentinas. Desde allí ha tenido un declive significativo. Para el período 2010-2015 se podría decir que invertía un poquito menos que el promedio de provincias, de 2016 a 2020 ha invertido menos de la mitad que el promedio, en los últimos dos años mejoró, invirtiendo las dos terceras partes (un 66%) de lo que lo que lo hace el promedio de las provincias”, argumenta el economista. Pero cree que hay margen presupuestario para que Tucumán recupere el terreno perdido y reconvierta programas de ayuda en empleos genuinos en obras públicas.
Desde el Gobierno, el mandatario interino afirma que no hay antecedentes recientes de una importante inversión pública federal como la que se está observando, actualmente, en Tucumán. De acuerdo con un informe del Ministerio de Obras Públicas a cargo de Fabián Soria, se ha presupuestado unos $ 158.000 millones en 503 proyectos, en su mayoría vinculados a la construcción de viviendas. De hecho, Manzur y Jaldo señalan que entre este año y el siguiente se ejecutarán alrededor de 7.000 viviendas. “Cada 15 días estamos entregando casas, algo que no sucedía durante la gestión macrista. Hay obras de esa naturaleza, pero también de electrificación como las que habilitará el martes el Presidente en Los Nogales y que significará un beneficio para los vecinos del Gran San Miguel de Tucumán hacia el norte de la provincia; también se reparan caminos y se realizan trabajos de alto impacto social como el de cloacas y redes sanitarias en Banda del Río Salí y Alderetes”, puntualiza Jaldo.
El gobernador interino remarca que hoy se asigna entre el 30% y el 35% a la ejecución de obras públicas con la aceleración de los proyectos ejecutivos para asegurar financiamiento. En esa línea inscribió el tendido de red de alta tensión eléctrica de 54 kilómetros que unirá la Estación Transformadora de El Bracho con la de Villa Quinteros y que beneficiará a 130.000 usuarios del servicio. “Este lunes se llama a licitación y los fondos los aportará la Corporación Andina de Fomento”, añade. “Esta gestión aporta soluciones, como el caso de la reparación en el dique Celestino Gelsi que requiere una rápida respuesta”, expone el gobernador interino.
Las de mayor inversión
El ranking para la década
¿Cuáles son las provincias que más priorizan la inversión, y en qué nivel lo hacen? Según el estudio realizado por el presidente del IPEC, Pablo Pero, entre 2016 y 2022, San Luis destinó un 37% de su presupuesto a obra pública, y Santiago del Estero un 33%.
Luego vienen San Juan y Formosa con un 20%, y Misiones y la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (CABA) con 16%. Según Pero, para recuperar el terreno perdido, Tucumán debe duplicar la inversión en obras, un proceso que se ha observado en el Presupuesto provincial del año pasado.