La llegada de Uber a la provincia trajo consigo un gran cambio en la forma de movilizarse de algunos ciudadanos, pero también produjo problemas a los choferes de taxis tradicionales.
Daniel González, en conversación con LA GACETA, estimó que desde la aparición de Uber sufrió una pérdida del 20% de su clientela habitual, y dijo que “la gente prefiere tomar un Uber por pagar 200 pesos menos, pero no tienen en cuenta si estarán asegurados o no”.
Algo similar planteó Armando Bachín: “ahora hay muchos problemas con el sindicato a raíz de Uber porque hay menos trabajo, entonces nosotros tenemos que estar en la calle muchas horas más trabajando, con todos los riesgos que eso implica, para poder llegar a fin de mes”. Además, notó que la mayoría de las personas que dejaron de consumir viajes en taxi son de un rango etario joven, y quienes más viajan con ellos son personas de la tercera edad.
Carlos Rodríguez hizo referencia a una diferencia crucial entre el servicio de taxi tradicional y Uber: los impuestos. “Uber es algo ilegal y encima no pagan ningún tipo de impuestos; por eso no entiendo la postura de algunos funcionarios. ¿Por qué si algo no genera un aporte hacia el Estado lo dejan trabajar?”, se preguntó. “Uno paga constantemente los canon, los impuestos, los seguros y se siente perjudicado por ellos. Conozco varios choferes que pasaron a trabajar con Uber porque entre los impuestos y la baja demanda se estaban por fundir”, finalizó.