Tomás D’Alessandro es uno de los amigos deFernando Báez Sosa que presenció el brutal crimen. A él también lo golpearon y no lo dejaron que ayude a la víctima. Cuando logró pararse vio a su amigo tirado en el piso con el rostro lleno de sangre. Lo que se siguió después fue impotencia y mucho dolor.
Tomás D’Alessandro declaró en la segunda jornada del juicio por el homicidio de Fernando Báez Sosa junto a otros amigos que también fueron testigos de la mortal golpiza. Fue el único que después presenció casi todas las audiencias.
Tomás dio su testimonio durante 25 minutos. Frente a los jueces María Claudia Castro, Christian Rabaia y Emiliano Lázzari, dijo que vio caer a Fernando y que, cuando trató de defenderlo, “ligó” tres trompadas y quedó boca abajo.
“Ahí me empezaron a pegar. Me agarré de las piernas o del pantalón de uno de los agresores. Después me solté y me pegaron una patada y, cuando me reincorporé, quedé cara a cara con un sujeto de contextura robusta al que, a partir de los videos, identifico como Lucas Pertossi”, recordó a casi tres años de aquella madrugada.
Escuchó las declaraciones de tres de los ocho imputados Luciano y Ciro Pertossi, y también de Máximo Thomsen. También los testimonios de los testigos que vieron el ataque a su amigo, como también las palabras de los familiares de los rugbiers.
El miércoles 18, Tomás D’Alessandro estuvo ausente en la última audiencia testimonial. De haberlo hecho, hubiera escuchado cómo Blas Cinalli y Lucas Pertossi se referían a él y a las patadas que le pegaron.
Sin embargo, estuvo presente en el Anfiteatro de Dolores, donde se realizó el acto de homenaje a Fernando a tres años de su asesinato.
Durante la ceremonia, el joven se mantuvo de pie a un costado del escenario abrazado a su madre. A su momento, caminó hacia el centro y, junto a Franco Corazza, Juan Manuel Pereyra Rozas y Federico Raulera, entre otros, desplegaron una bandera para pedir “Justicia por Fernando”.