Si Tucumán desea ser una provincia con futuro debe cuidar el agua en forma integral, para lograr calidad y cantidad en el tiempo. La situación de El Cadillal es lo que en la teoría de los sistemas complejos denominamos “un emergente”, o si se quiere la punta de iceberg que viene a decirnos que algo ha comenzado a suceder. Es como la fiebre en un organismo, en un primer momento no sabemos que la está produciendo, pero hay algo que la disparó. Y hay que actuar en consecuencia
Tanto la provisión de agua a los ciudadanos, el desarrollo industrial, la agricultura, la ganadería, la generación de energía, las actividades de recreación utilizan el agua como si fuera un recurso infinito, cuyo “manejo” depende de por lo menos 5 reparticiones oficiales. En ese hecho sin duda se debe trabajar para una mejor coordinación.
Por la geografía que la provincia posee podemos pasar de una llanura de 200 metros de altitud a lugares montañosos por arriba de los 5000 metros en un recorrido de solo 100 km. Esto implica que el agua que se genera en la montaña, y de la cual dependen todas nuestras actividades, puede ser aprovechada o no, según el estado de conservación que tenga el ecosistema. Por esto es recontra conocido el papel fundamental de las áreas protegidas (parques y reservas municipales, provinciales o nacionales) en la primera parte del ciclo del agua que es justamente canalizar los excesos hacia arroyos y ríos, facilitar la penetración del agua en los suelos para la recarga de los acuíferos y el resto manejada mediante obras civiles como el dique El Cadillal entre otras obras.
Pero si no se tiene en cuenta estos detalles, si no se cuida los lugares de generación del agua, lo primero que ocurre es la acumulación de sedimentos en arroyos y ríos, diques y represas. Las prueba e informes técnicos hablan de una colmatación de sedimentos en El Cadillal de casi el 50 %. Otras represas se hallan con valores preocupantes. Prueba palmaria del poco adecuado manejo que estamos haciendo de nuestra zona montañosa.
Sin duda las fisuras de El Cadillal se podrán “parchar” con la tecnología existente pero el problema de fondo, la provisión de agua seguirá como un tema recurrente en los próximos años. Y seguirá siendo recurrente tanto por el aumento de la población, por las altas temperaturas y mayor evaporación y por el estado de los diques. Esta situación debería preocuparnos y mucho. Teniendo en cuenta que el agua que se genera en la Cuenca Salí-Dulce impacta en Santiago del Estero, Catamarca y Córdoba el tema adquiere el carácter de estratégico regional y como tal un tema para nuestra legislatura, el Parlamento del NOA y para consensuar con los organismos nacionales e internacionales afines a la temática.
El tema no es sencillo, pero se debe considerar que se trata de un tema de primera necesidad y sin duda debe formar parte de un capítulo de planificación para “Refundar Tucumán”. Sin duda, gobierno y oposición deberán crear las condiciones para abordar el tema, con el apoyo del sector productivos e instituciones académicas y la participación necesaria de la sociedad civil organizada.