Será una semana clave en el juicio por el asesinato de Fernando Báez Sosa. Después de las testimoniales, la querella, la defensa y la Fiscalía tendrán la posibilidad de exponer sus alegatos entre el 25 y 26 de enero próximo.
Tras esta esta instancia, el Tribunal tendrá que definir si los ocho acusados son condenados y qué pena les cabe por su responsabilidad en el asesinato ocurrido el 18 de enero de 2020 en Villa Gesell.
El caso Báez Sosa despertó de entrada una fuerte sensibilidad social por sus características. Fernando había viajado junto a sus amigos y su novia a pasar sus vacaciones a Villa Gesell. Era la segunda vez que iban. La madrugada del 18 de enero fueron a bailar a Le Brique, el boliche de moda.
Todo era diversión hasta que tuvieron un altercado con un grupo de chicos. Los sacaron del boliche y, una vez afuera, cuando la víctima tomaba un helado con tranquilidad, fue abordada por un grupo de rugbiers que le pegaron a mansalva, sin mediar palabra y con el objetivo de matarlo, según la la exposición del abogado de la familia Báez Sosa, Fernando Burlando.
Desde esa lógica se generó una fuerte presión para que los acusados sean condenados a prisión perpetua. Y los tres integrantes del Tribunal son los destinatarios de esa presión que nada debería significar en el terreno judicial atravesado por la racionalidad.
En esa línea, hay especialistas del Derecho que sostienen una teoría diferente a la perpetua, exigida por Burlando.
Uno de ellos es el abogado penalista Juan Pablo Fioribello. "Los detenidos por el crimen de Fernando Báez Sosa tienen una responsabilidad penal diferente, y son diferentes las penas que van a recibir. Entiendo que han cometido un crimen que a mi entender sería un homicidio simple, con penas de 8 a 25 años de prisión, una de las más duras del Código Penal. A mi juicio no estarían acreditados los agravantes, lo que implicaría una perpetua. No creo que el Tribunal se incline con los elementos que hay reunidos a una condena de ese estilo", le explicó a Perfil.
Por su parte, el abogado Marcelo Parrilli también descarta una eventual condena a perpetua. En diálogo con Perfil sostuvo que "en el peor de los casos para los acusados podría con algún esfuerzo subsumirse su conducta en el homicidio simple (8 a 25 años de prisión)".
Sin embargo, advirtió: "En todos los casos, por tratarse de primarios, es decir personas sin antecedentes, no es probable que las penas se acerquen a los máximos de las figuras comprendidas".
"No se ha probado ni la alegada alevosía en la agresión, ni el concurso premeditado de dos o más personas. Acá hay que señalar que la única agravante que podía colocar en el mismo plano a los 8 acusados era el concurso previo o acuerdo para matar, al no poderse probar ese acuerdo previo no se puede colocar en el mismo plano a los 8 acusados", sostuvo.