“Es una hermosa gran responsabilidad, porque es mucho, mucho trabajo; pero significa participar de ese símbolo que mantiene vivas las tradiciones provincianas y particularmente tucumanas, que es el Festival de Cosquín”.
La apreciación de Mauricio Martínez Zuccardi sintetiza su interés en ser parte del proyecto del Ente Cultural, en el que asumió el rol de director musical. “Mi primera tarea fue arreglar canciones de diferentes lugares y diferentes épocas de Tucumán, en un estilo feliz y alegre, pero contundente. Lo que intenté es darle a cada tema una mayor complejidad y profundidad, buscar nuevos niveles discursivos, adaptándolos a las exigencias de un oído actual; lo que significa trabajar con disonancias, sutiles cambios rítmicos y una mezcla de estilos. Quería una sonoridad distinta a la que se escucha últimamente en el folclore, sin perder su frescura y contundencia, y para lograr esto he buscado priorizar el uso de sistemas que vienen de mi formación académica, como el contrapunto, la octafonía y las armonías cuartales, aunque en algunos pocos momentos hay recursos más propios del rock y del jazz”, describe.
En su segunda etapa, estuvo a cargo de “coordinar los extraordinarios músicos y cantantes que se eligieron, con el magnífico ballet (muy representativo de todo el territorio) que armó el Ente”. “Este trabajo resultó muy gratificante por la solvencia y profesionalismo de los músicos que me acompañan: leen bien, resuelven todo pero todo técnicamente, y son extremadamente expresivos y plásticos para trabajar. Hay mucha gente nueva y con un excelente nivel. Ojalá este proceso de convocatorias abiertas como el que se implementó para cantantes y bailarines, en concursos públicos, en los que se presentó muchísima gente, continúe los próximos años, porque así volveremos a ser una potencia cultural como lo fuimos antes”, sostiene.
Rubén Cruz y José María Montini eligieron el repertorio y sugirieron el estilo con el que se debía interpreta. “Creo que es muy representativa de los lugares y sentires de todo el territorio tucumano, y creo que va a lograr que mucha gente de la ciudad se acuerde de cómo se perciben las cosas en el interior de la provincia. Con el espectáculo se busca devolverle alegría al corazón de los tucumanos, recordarles que sus raíces siguen vivas. Y mostrarles que hay excelentes músicos, cantantes y bailarines acá nomás, a la vuelta de la esquina, que están esperando una oportunidad para mostrar de lo que son capaces”, asevera.
“Estoy seguro de que hablo en nombre de todos los que participamos de este equipo de trabajo al decir que es un orgullo representar a Tucumán. Y en lo particular, para mí, que no estuve antes, actuar en Cosquín es un sueño hecho realidad, y esta oportunidad es un reconocimiento que valoro mucho”, concluye.