20 Enero 2023
El tránsito en Tucumán podría ser a una sociedad lo que una radiografía es a un traumatólogo. Los comportamientos que los tucumanos tienen en las calles muestran, de alguna manera, cómo son individual y socialmente.
En esta misma sección editorial hemos analizado cómo ante el cierre de la intersección de una avenida como puede ser la Belgrano y Camino al Perú, los conductores eligen violar las normas antes de aceptar las dificultades que se les presenta en el camino. Así hemos visto cómo una inmensa mayoría elige doblar en “U” en un semáforo sin ningún prurito y si es sancionado con alguna multa la consideran injusta. Los motociclistas parece que han redoblado la apuesta y deciden pasar por encima de la platabanda.
También hemos constatado la ira y las reacciones desmedidas que ocasionan a los tucumanos los controles de alcoholemia. Es muy difícil interpretar que cualquiera de esas acciones están hechas para beneficio de los conductores y de toda la sociedad. Detectar a una persona detrás del volante con alcohol en la sangre implica evitar accidentes; y posiblemente lesiones y muertes. Pero nada de eso es valorado por los ciudadanos.
Pero sería muy bueno que así como resulta importante que tomen conciencia que con el agente de control deberían darse un encuentro y no un enfrentamiento, también resulta fundamental que se tome conciencia que las estadísticas deberían ir reduciendo sus cifras.
El año pasado hubo un promedio de 22 accidentes por día, según un estudio pormenorizado que hizo la Subsecretaría de Tránsito y Transporte de la Municipalidad de San Miguel de Tucumán.
En ese estudio se desmitifica dichos populares machistas, ya que un 31,5% de los accidentes registrados fue protagonizado por mujeres al volante, mientras que el 68,5% restante fue protagonizado por hombres.
El informe municipal pone a todos en alerta sobre las calles y sobre las avenidas. Algunas arterias resultan verdaderamente peligrosas, y los ciudadanos deberían prestar mayor atención al momento de circular por ellas. En los recorridos con dirección norte-sur la avenida con más riesgo es la Ejército del Norte/Colón. En el sentido este-oeste el primer lugar del podio lo ocupa la Mate de Luna/Benjamín Aráoz. Entre las calles más riesgosas aparecen La Madrid y Buenos Aires/Muñecas. Las motocicletas encabezan el ranking de los accidentes y los autos ocupan el segundo lugar.
Los datos ayudan a tomar conciencia y a evitar que se corran nuevos riesgos. Pero, por sobre todo, exigen una toma de conciencia de los ciudadanos del peligro que significa transitar en vehículos por la ciudad. También muestran que estar detrás de un volante implica una responsabilidad que está reñida con la vida.
En estas pequeñas cosas cotidianas las autoridades y los ciudadanos pueden encontrarse para superar grietas y también para construir una sociedad mejor.
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