No era un día más. Justo una jornada antes de que se cumplieran los tres años del crimen de Fernando Báez Sosa, los padres de los ocho acusados y uno de los imputados desplegaron su estrategia para tratar de modificar el destino procesal de los acusados. Mostrar una imagen de sufrimiento fue el recurso utilizado en esta oportunidad.
“Empezaron a ir a mi casa, a la casa de los abuelos, a la de los vecinos y a mi trabajo. Al final renuncié y me quedé sin obra social”, contó la arquitecta Rosalía Zárate, madre de Máximo Thomsen de profesión arquitecta, el lunes por la tarde. Luego declaró el principal sospechoso que intentó demostrar que el crimen no había sido planeado, sino que se registró en una pelea común que tuvo un trágico desenlace.
Algo similar sucedió ayer. Mauro Pertossi, padre de Ciro y Luciano, tío de Lucas y padrino de Blas Cinalli, tres de los ocho acusados contó los problemas que sufrió desde ese día. Relató que era empleado de Toyota Argentina hasta que lo desvincularon por el caso en el que quedaron involucrados sus hijos. “Ahora no consigo trabajo, el sostén de la familia es mi esposa”, dijo. También aseguró que recibía amenazas. “Están hechas las denuncias, mientras sean por teléfono no pasa nada”, agregó.
Luego, de manera sorpresiva, Ciro Pertossi decidió declarar. “Este chico soy yo. Esa patada no la doy. Cuando me doy cuenta de que el chico está en el piso, me freno antes”, sostuvo el imputado
María Paula Cinalli, madre de Blas, durante la audiencia relató que “he perdido el oído y la vista de un ojo producto de una enfermedad genética por la que he sido operada doce veces. En tres años me apareció un tumor, no es maligno, pero me lo voy a tener que operar”.
Héctor Eduardo Benicelli, padre de Matías declaró: “Vivimos acosados. Le han querido pegar a mi hija y a mi señora en la calle. Escucho cómo la insultan mediáticamente a mi señora. Escucho que cuando lastiman a mi hijo en el penal no lo van a defender. No hay un día que no me levante con insultos. El dolor no se cura con más dolor”, sostuvo.
La respuesta
“Me llamó la atención que solo vinieron a hablar de ellos. Que tienen problemas en el almacén, que tiene problemas con los medios, con el abogado querellante, parece una cosa menor en toda esta tragedia”, dijo Fernando Burlando después de escuchar los testimonios de los familiares de los acusados.
“Después de lo que escuché me doy cuenta por qué estos pibes son así. Jamás tuvieron una cuota de amor al prójimo o condolencia para la familia”, señaló el profesional.
Burlando aseguró que esperaba “una actitud más inteligente” por parte de los testigos propuestos por la defensa de los acusados, liderada por Hugo Tomei. “Es un proceso en el que la inteligencia es la clave, tenemos que mostrar inteligencia y no la veo en ninguno de los que pasaron”, concluyó.