El ex ministro de Justicia de Brasil Anderson Torres fue detenido por la Policía apenas se bajó del avión que lo traía desde Estados Unidos. El funcionario que trabajó al lado del ex presidente del país vecino Jair Bolsonaro está acusado de haber liberado la zona de Brasilia donde se produjeron las multitudinarias manifestaciones opositoras en contra del Gobierno de Luiz Inácio “Lula” da Silva.
Luego de su puesto en el Gabinete, Torres había sido nombrado secretario de Seguridad de la Capital, de manera que los incidentes del domingo pasado -que se destacaron por la tardía intervención policial- fueron de su responsabilidad directa. El ataque acabó en el destroce de las sedes del Parlamento y el Ejecutivo, a cargo de miles de simpatizantes ultraderechistas.
Tras la arremetida, Torres fue destituido de su cargo. Mientras se encontraba en Estados Unidos, había anunciado a través de redes sociales que iba a regresar a Brasil para presentarse a la Justicia y defender su inocencia.
En tanto, la detención se produjo un día después de que el actual ministro de Justicia, Flavio Dino, dijera que activarían mecanismos de cooperación internacional si no volvía voluntariamente. El operativo a Torres se realizó de manera discreta, y la Policía Federal a cargo se mantuvo lejos de los medios de prensa.
Los cargos fueron presentados por supuesta “connivencia dolosa” con los actos violentos de seguidores de Bolsonaro, y fueron ordenados por Alexandre de Moraes, juez de la Corte brasileña.
Además, el magistrado autorizó el viernes, a pedido de la Fiscalía General, incluir a Bolsonaro en las investigaciones que buscan aclarar quiénes fueron los instigadores y autores intelectuales del ataque. Bolsonaro insistió en que “no tuvo conexión” con las violentas manifestaciones, y a través de su abogado, repitió que “es inocente de lo que ocurrió”, aunque de manera velada defendió el “derecho a las protestas”.
Por lo pronto, Torres deberá declarar y dar explicaciones sobre un proyecto de decreto presidencial -que no lleva firma pero sí el nombre del ex presidente- que fue encontrado en su domicilio. El documento hablaba de disponer un estado de excepción, desconociendo por “fraudulento” el resultado de las reñidas elecciones que ganó Lula y lo devolvieron al poder luego de sus dos mandatos anteriores.
Con el ex ministro de Justicia en la cárcel, las miradas están puestas sobre Bolsonaro. Las autoridades brasileñas sospechan que “está por detrás” de la asonada del 8 de enero en Brasilia. Como prueba, los fiscales destacaron en su pedido un video que el ex mandatario subió a sus redes sociales el 10 de enero, dos días después de los ataques, insistiendo en sus cuestionamientos al resultado electoral de octubre.
“Él jamás tuvo cualquier relación o participación en estos movimientos”, defendieron los abogados de Bolsonaro.