Germán Alfaro: “Ser candidato a gobernador no implica ceder la intendencia”

Es sábado por la mañana. El intendente de San Miguel de Tucumán, Germán Alfaro, repasa los efectos de sus andanzas por Ranchillos. Allí, junto a su primo Rolando Alfaro promovió la candidatura a comisionado rural de Miguel Cobos. Ya era de noche cuando ante los micrófonos Alfaro lanzó su estiletazo de campaña: “Muchas cosas tienen que cambiar, porque la desidia y la negligencia de la clase política sumergen a sus habitantes cada día más en la pobreza”. No los nombra, pero sus críticas apuntan al oficialismo. En su casa atiende el teléfono a LA GACETA y no habla ni de Shakira ni de Piqué; sigue ensimismado en el tema político.

Vuelven las críticas hacia el oficialismo, pero también sabe que él está en el centro de la escena, porque Juntos por el Cambio sigue sin resolver sus cuestiones internas. En los diarios porteños cuentan que en las últimas reuniones ya se habla del caso Tucumán, donde no hay definiciones. Alfaro es contundente: “No se va a romper Juntos por el Cambio”. Y añade que es cuestión de tiempo para que se llegue a una solución.

Y tras analizar lo que está sucediendo en Mendoza y en Córdoba lanza una frase inesperada: “En Tucumán va a haber muchas discusiones, pero no se va a romper. No hay margen para romper Juntos por el Cambio. Y si llego a ser candidato a gobernador no implica que vaya a ceder la intendencia de la Capital”.

La conversación que comenzaba como un repaso político de la semana obliga a desgranar esa frase: “En todo caso, voy a conceder que otros partidos vayan por la intendencia (de Capital) sólo si es para tener una opción superadora, pero de ninguna manera se va a convertir en una repartija de cargo. Yo quiero una opción superadora que potencie la fórmula a gobernador de Juntos por el Cambio”.

Hasta esta conversación telefónica en los conciliábulos de café siempre se especulaba con que en la negociación de la fórmula a gobernador Alfaro tenía para negociar la posibilidad de ceder el postulante a intendente de la Capital. Es decir, que este perteneciera a otro partido y no al Partido por la Justicia Social.

La pregunta inevitable es ¿Por qué? Y la contestación responde a una lógica propia de la política, que es una aguerrida lucha por los espacios y por los territorios. “Si los demás se aferran a las intendencias que tienen, ¿por qué no puedo hacerlo yo? Alfaro responde con frases cortas y no amplía sus conceptos. Claramente se refiere a los intendentes de Yerba Buena, Mariano Campero; de Concepción, Alejandro Molinuevo -remplazó al diputado Roberto Sánchez-, y de Bella Vista, Sebastián Salazar. Los tres trabajan mantener el poder en esas ciudades.

Al requerimiento sobre cuál sería una opción superadora, Alfaro responde elípticamente: “Yo vengo trabajando desde hace tiempo para ganar y quiero ganar porque hay que cambiar Tucumán para que la desidia y la negligencia no sigan gobernando. Nada es fácil. A mí no me regalaron ninguna candidatura como a otros, que llegaron al poder porque otros los pusieron ahí”.