14 Enero 2023
En medio de la situación crítica que atraviesa la sociedad peruana, las aristas que componen el Gobierno nacional también se mostraron débiles. En menos de 30 días, renunciaron tres ministros; ahora fue el turno de Eduardo García Birimisa.
El ex funcionario presentó una carta en la que criticó al Gobierno por las cerca de 50 muertes que se produjeron durante las protestas que se desataron en el país. El conflicto se inició tras la destitución del expresidente, Pedro Castillo, y exigen la salida de la mandataria, Dina Boluarte, elecciones anticipadas y el cierre del Congreso.
Birimisa, que permaneció apenas un mes en el cargo de Ministro de Trabajo, se dirigió a Boluarte y expresó que “la atención de las demandas sociales ya no es suficiente para lo que el país necesita. Las tragedias que acabamos de vivir así lo demuestran”.
En el mensaje difundido a través de Twitter, el ex funcionario expresó: “se requiere de un pronunciamiento del Gobierno que exprese el dolor que sentimos por la pérdida de las vidas de nuestros hermanos, por las pérdidas que han sufrido esas familias. Se requiere que se pida disculpas a la población y que se reconozca que se han cometido errores que deben ser corregidos para que esto no se repita”.
Además, su renuncia tuvo involucradas una serie de definiciones políticas, ya que expresó que la situación actual que enfrenta Perú amerita “un cambio de rostros” en la dirección del país, y que el adelanto de las elecciones “no puede esperar hasta abril de 2024”.
“Todos los anhelos que pueda haber tenido para contribuir un poco con mi país no justifican ya mi permanencia en el Gobierno, la posibilidad de contribuir a garantizar los derechos laborales fundamentales de los trabajadores, el diálogo social como única garantía de democracia en las relaciones laborales y en el país, la promoción del empleo digno y la seguridad social”, enumeró el texto.
En tanto, García Birimisa arremetió contra la polarización existente en el Congreso, donde la mayoría “agudiza las contradicciones” y denunció que eso “los condena a tratar de imponer una idea sobre otra a costa de lograr ajustadas mayorías”.
“Necesitamos poder discutir con un diálogo serio, en el que validemos la posición del otro y nos esforcemos por comprender sus razones, solo así podremos respetarnos e identificarnos”, concluyó.
NOTICIAS RELACIONADAS
Lo más popular
