El jazz y los camiones ocupan la vida de José Casen en Suecia

El jazz y los camiones ocupan la vida de José Casen en Suecia

Se define como saxofoniero, una mezcla de saxofoniosta e ingeniero. La experiencia en Scania y en Volvo. Adaptarse a la sociedad.

APASIONADO. José Casen interpretará el saxo esta noche en Papaya, con González Goytía, Terol y Podazza. asdf asdf APASIONADO. José Casen interpretará el saxo esta noche en Papaya, con González Goytía, Terol y Podazza. asdf asdf

Hace más de 30 años, el ingeniero José Casen ingresó a trabajar en la planta que Scania tenía en Tucumán, sin que el músico José Casen dejase nunca archivado el saxo con el que toca jazz. Los avatares lo fueron moviendo hasta que terminó viviendo y trabajando en Gotemburgo (Suecia), donde sigue interpretando standars del género.

Esta noche, en Papaya (Balcarce 527, local 3), se despedirá de los escenarios tucumanos por tiempo indeterminado con grandes clásicos jazzísticos. Lo acompañarán Julio González Goytía en guitarra, José Terol en bajo y Javier Podazza en batería para un recorrido por distintas épocas, con la inevitable experiencia reunida en Europa.

“Mi relación con Suecia y con suecos empieza por cuestiones familiares a fines del siglo pasado, y después se hizo también una relación laboral ya que trabajé 12 años en Scania en Tucumán. Luego vino el cambio, la mudanza hace 15 años junto con mi familia para la planta de la fábrica en Södertälje. Estuve una década y hace un lustro me cambié a Volvo Trucks en Gutenburgo, donde vivo actualmente porque es la misma ciudad donde están mis dos hijos”, le relata a LA GACETA.

Se define como saxofoniero (mezcla de saxofonista e ingeniero tucumano). “Será para mí un gran placer tocar esta noche con amigos con los que hemos compartido numerosas actuaciones antes de mi partida a Suecia y presentarme ante los tucumanos, porque tengo muchos amigos de la música y compañeros de colegio”, anticipa.

En Volvo trabaja como ingeniero de costos, aunque su formación de base sea ingeniero electrónico y técnico electromecánico. “Además de tocar el saxo y el clarinete con bandas y orquestas mayormente de jazz”, aclara, para que nadie duda de que la música sigue siendo su pasión.

Anuncia que su recital Jungle Jazz se realizará “de una manera relajada, sin ajustes, y con libertad para tocar tranquilos y poder crear algo interesante entre tres músicos con la que hemos tocado antes y a quienes les tengo mi mayor respeto”. “Mi deseo es llevarlos a tocar a Suecia, en jams, o en muelles y parques en el verano, que es muy lindo”, se ilusiona.

Eléctricos y sin chofer

“Estoy trabajando actualmente en el tema de camiones eléctricos, baterías, cargadores, etcétera; y también con camiones autónomos, o sea, sin chofer. Suecia es un muy lindo país con muchas cosas buenas y que me recibió muy bien. Pero no todo es bueno, como en todos lados: la parte social no es fácil, pasa un buen tiempo hasta que uno entiende los códigos que son importantes para relacionarse bien con la gente. Y ahora está todo mucho más difícil que cuando yo llegué, lo mismo que en otros países de Europa, porque hay mucho descontento por la gran alza de los precios y los servicios, y problemas políticos que se agravaron por la pandemia y después por la guerra de Ucrania, como la solicitud para ser parte de la Otan que cambió el clima pacifista con el que se conocía al país”, advierte.

“Otro tema es el hecho de que ahora hay un Gobierno de derecha, en el que la ultra derecha tiene mucha influencia y hay un clima más hostil hacia los extranjeros, que con discursos simplistas son señalados como parte de los problemas en un país con una altísima taza de inmigrantes en el que quienes llegadas desde afuera siempre fueron muy valorados por su altísima participación en todos los niveles de la pirámide laboral”, awgrega.

La cantidad de inmigrantes en territorio sueco, sea de latinos o de otras partes del mundo, es importante. Casen resalta que “es lo más enriquecedor de vivir en Suecia, porque se puede convivir a diario con gente de diferentes culturas; argentinos hay muy pocos comparados con los de cualquier otro país de Sudamérica”. “Lo que más cuesta es la parte social, lograr entrar a un grupo, sentirse parte de algo... pueden pasar muchos años sin lograrlo”, insiste.

Su profesión de músico lo ayuda, reconoce: “uno se relaciona de otra forma con la gente, toca en bandas, aporta lo suyo y conoce otras cosas, culturas diferentes, gente de otros paises, y de todo eso a veces nacen relaciones, amistades que ayudan a pasarla bien”. “Creo que vivir en otro lado, hace que uno desmitifique el país, que valore cosas simples que siempre las tuvo y que por ahí no se dan de la misma manera. Yo veo en Tucumán, y en la Argentina muy muchas cosas que son buenas para la vida y otras que no y en Suecia pasa lo mismo. Uno, si no hace la experiencia de vivir en otro lado, puede creer lo que se escucha de que siempre todo es mejor, pero nunca es así. Yo amo Tucumán y vuelvo las veces que puedo para tocar con amigos o simplemente ser feliz de ver mis lugares”, concluye.

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