La sequía y la economía forman un combo letal para el citrus

La sequía y la economía forman un combo letal para el citrus

En el sector productivo no son auspiciosos sobre los resultados que podrían obtener en 2023.

PÉRDIDAS. Productores citrícolas de la región se animan a vaticinar una caída de un 15% en la producción. archivo PÉRDIDAS. Productores citrícolas de la región se animan a vaticinar una caída de un 15% en la producción. archivo

El campo no la está pasando bien debido a las escasas precipitaciones registradas durante el último tiempo. Un trabajo reciente del Sistema de Información sobre Sequías para el sur de Sudamérica (Sissa) precisó que el 55% del territorio argentino está sufriendo las consecuencias de la sequía. Este porcentaje de tierra representa 1,64 millón de kilómetros cuadrados. Como consecuencia de este escenario, productores tucumanos ya advirtieron sobre las complicaciones que afrontan en la siembra de granos, pero en el sector citrícola también encendieron las alarmas y no pronostican un año auspicioso.

Aunque todavía puede resultar pronto para aventurarse a pronosticar los resultados de esta campaña, productores citrícolas se animan a vaticinar una caída de un 15% en la producción de estos productos emblemáticos de la economía provincial. “En marzo se podrá tener una evaluación precisa, pero ante los intensos calores y la falta de lluvias las frutas se verán afectadas en su cantidad y calidad”, aseguró Pablo Padilla, presidente de la Asociación Citrícola del Noroeste Argentino (Acnoa).

En diálogo con LA GACETA, el referente del sector puntualizó que la caída esperada en la producción obedece a la sequía, pero también a las hectáreas que dejaron de producir o cambiaron de cultivo. “En el sector ya perdimos 5.000 hectáreas de plantaciones que pasaron a otros cultivos. Y hay otras 5.000 a 7.000 hectáreas cuidadas con mantenimientos mínimos por la crisis que nos afecta. Además, esta situación también se traslada a las provincias de Salta y Jujuy”, dijo.

Además de las hectáreas que ya dejaron de producir, Padilla también destacó la caída de tierras inscriptas para los programas de exportación y precisó que hasta el momento esa cantidad ronda un 25%, en relación a periodos anteriores. “El mínimo abandono de quintas es reflejo de que vamos a perder volumen de producción en este año”, lanzó.

Combo explosivo

La falta de optimismo en el sector citrícola para este año no solo se relaciona con la falta de humedad en la tierra que lleva a producir un menor cuajado de fruta y a obtener un menor crecimiento de la fruta por lo que se generan menos kilos por hectárea. La faceta económica también juega un rol clave.

“La crisis es producto de una serie de factores que tienen que ver con la macroeconomía por el atraso cambiario, la retención que sufren productos derivados -como el aceite y la cáscara-, el incremento que sufrimos de los fletes internacionales en la campaña pasada y la caída del precio del aceite y los jugos en un 60%”, explicó Padilla. Y sostuvo que ante esta realidad los limones del NOA se quedan sin posibilidades de competir. “Es un panorama preocupante y más si le sumamos la sequía porque esto impacta directamente en la entrada de divisas a la región y reduce la generación de mano de obra”, enfatizó.

Negocio truncado

Padilla también destacó el trabajo conjunto que llevaron adelante junto a distintos organismos estatales y privados para abrir mercados y conseguir que los citrus de la región se consuman en distintas partes del mundo. “Fue un muy buen trabajo porque esos mercados aceptaron nuestros productos, pero las variables macroeconómicas que hoy toca vivir en el país afectan al limón y al resto de las economías regionales porque tenemos un aumento de los costos en dólares y esto fue agresivo en los últimos años”, dijo el productor. Y en relación a esto agregó: “con el retraso cambiario por el tipo de cambio, si lo comparamos con otros factores, la producción limonera dejó de ser rentable. Hoy no podemos salir afuera porque no podemos competir con otros productos de otros orígenes y estamos perdiendo dinero. Por eso, muchos productores abandonaron sus quintas y así perdimos 5.000 hectáreas de producción. En estos casos por cada limón que exportamos perdemos dinero, entonces solo se busca rentabilidad porque en estos casos el negocio dejó de serlo”.

Consultado sobre las medidas que resultarían necesarias para revertir este cuadro de situación, el titular de Acnoa remarcó que antes que nada se hace necesario una conexión sobre el tipo de cambio para darle competitividad al sector. “Por otro lado, junto a otras instituciones buscamos usos alternativos para descomprimir los sobrestock producidos de derivados industriales para recuperar los precios y volver a tener rentabilidad”, indicó.

“Por todo esto las expectativas no son buenas. Próximamente vamos a enfrentar paritarias que son totalmente justas y que los trabajadores se merecen, pero el sector privado tendrá dificultades o no podrá pagarlos. Hasta no tener un cambio diferencial se hará muy difícil”, concluyó.

Bono en pugna

Unas 50.000 personas trabajan de forma directa en el sector productivo.

Luego de que la Comisión Nacional de Trabajo Agrario disponga el pago del bono extraordinario de carácter no remunerativo para los trabajadores de este sector, Acnoa, como representante de productores, industriales, viveristas y empacadores, rechazó la medida argumentando que las decisiones fueron adoptadas de manera unilateral, sin ninguna participación de los sectores privados y en el marco de paritarias cerradas.

“Entendemos que no se cumplieron con los pasos legales para dictar ese bono. Más allá de lo legal o no, no podemos perder la vista la declaración de Emergencia citrícola en Tucumán. Y eso demuestra que el sector no puede afrontar el pago el bono. De hecho, hay empresas que todavía están terminando de pagar salarios y aguinaldo”, manifestó Pablo Padilla.

El planteo elevado por la Unión Argentina de Trabajadores Rurales y Estibadores (Uatre) estableció el pago extra por única vez de $ 26.000 para los trabajadores rurales, que se sumará al bono de $ 24.000 dispuesto en diciembre por la Nación destinado a todos los empleados del sector privado cuyos salarios no superaran los $ 185.859.

“No discutimos si es justo o no. Solo decimos que el bono se dictó bajo una modalidad no correcta y como sector no podemos hacer frente a esto y sentarnos con quien define las políticas nacionales para que no se pierdan los puestos de trabajo y sostener una actividad tan importante para todo el NOA”, expresó.

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