San Francisco sigue en pie, como un gigante que mira con añoranza la opulencia de un pasado histórico. Tiene latidos, leves, que de vez en cuando escuchan los comerciantes de la esquina de San Martín y 25 de Mayo. “Cada tanto se oyen martillazos. Pero tenemos miedo que se caiga, porque no avanza. Por suerte la dejaron cubierta”, dice José Daniel, quiosquero de la zona. El futuro definitivo de la iglesia histórica es incierto, aunque tratan de mantenerla con inversiones municipales para que los arquitectos que comenzaron con la obra hace años puedan ir haciendo unos pocos trabajos. De todas formas, desde la Comisión para la Salvaguarda del Patrimonio Cultural de Tucumán, a cargo de los trabajos en el edificio, aseguran que no hay peligro de derrumbe.
“El viernes le dimos $8 millones a la Comisión y queremos completar unos $ 25 millones. Es nada para el total que se necesita para terminar. Se avanza a medida que se puede”, contó a LA GACETA Alfredo Toscano, secretario de Obras Públicas de la Capital.
En etapas
Según detalló Toscano, a partir de 2005 la Municipalidad de San Miguel de Tucumán se sumó al Estado nacional en el tutelaje del conjunto histórico del templo y del convento de la Orden Franciscana, que es Monumento Histórico Nacional. Ese año -de acuerdo a un informe entregado a este diario- comenzaron con el acondicionamiento de revoques y pinturas exteriores y la renovación de la iluminación exterior. Mientras que en 2009, la Dirección Nacional de Arquitectura y la Municipalidad capitalina elaboraron en forma conjunta el Plan General de Restauración y Puesta en Valor del Conjunto Franciscano de Tucumán, cuyas distintas etapas se realizan desde entonces:
“La etapa uno se ejecutó en 2009/2010, y principalmente consistió en trabajos de restauración de cubiertas de naves y cúpula. La etapa dos se completó entre 2013 y 2014; allí se consolidó el suelo para frenar los asentamientos diferenciales del conjunto patrimonial por medio de inyecciones de cemento. También se sanearon los desagües pluviales y cloacales reemplazando toda la instalación sanitaria, con un seguimiento arqueológico de los trabajos. Mientras que la etapa tres se inició en abril de 2021. Esta etapa continúa las tareas realizadas en etapas anteriores y tiene como objetivo principal llevar a cabo los trabajos y tareas que permitan a futuro habilitar nuevamente en forma parcial el templo como lugar de culto”, describen en el informe.
Tareas en el interior
En lo que se refiere al interior del templo, en la nave central, desde el coro hasta el crucero, Toscano añadió que se reforzaron las mallas existentes de media sombra y que instalaron vallas metálicas móviles para delimitar los sectores habilitados para trabajar o inspeccionar; y se hizo un relevamiento a cargo de un equipo de especialistas sobre el estado del cuerpo de fachada, que incluyó revoques, pintura y elementos ornamentales. “A partir de este estudio se definió un proyecto de restauración conservativa que resultaba indispensable para el inicio de las obras sobre la fachada este. En cuanto al claustro del convento, se identificaron grietas y fisuras significativas en ocho de las columnas que lo conforman, que fueron relevadas y estudiadas desde el 2014 y testeadas hasta la actualidad. Y por ello, se ejecutó una estructura de apuntalamiento en una columna seleccionada”, detalló.
En lo que respecta al futuro, el funcionario municipal dijo que la etapa cuatro está a punto de iniciar: harán hincapié en las tareas de restauración y conservación de los elementos ornamentales de la fachada del templo, que se requieren a partir de los resultados obtenidos por el equipo de especialistas designados por la Comisión de Puesta en Valor del Patrimonio Cultural de Tucumán, encargados del proyecto de restauración conservativa del frente este. “Esta etapa incluye, además, continuar en el claustro con la ejecución de un proyecto de consolidación de las columnas de soporte que se requiere para poder iniciar dichas tareas”, agregó.
En total, la Capital aportó unos $ 17,5 millones hasta la fecha, durante las etapas anteriormente mencionadas. “Creemos que el único dinero que ingresa es sólo de nosotros. Hay que salvar este edificio, que se encuentra en la manzana más importante de nuestra provincia. Lamentamos que otros organismos con mayor poder económico, como la Provincia o la Nación, no actúen en consecuencia. La Iglesia no tiene presupuesto para lo que se necesita y hasta los franciscanos se fueron: no quedó ni uno en la provincia”, agregó Toscano. Y resaltó que con la senadora Beatriz Ávila gestionarán en las próximas semanas presupuesto ante la Comisión Nacional de Monumentos, de Lugares y de Bienes Históricos.
Gestión provincial
Por su parte, el ministro de Obras y Servicios Públicos de Tucumán, Fabián Soria, dijo a LA GACETA que mantuvieron reuniones con la Comisión de la Iglesia San Francisco y que se inició un expediente el 27 de noviembre de 2022 para gestionar recursos para que se avance con la obra de reparación. “Previo se hizo el estudio y la cotización de lo que se restaurará. Y de allí surgió el pedido de financiamiento de un poco más de $ 2 millones”, precisó.