El juicio a los ochos rugbistas acusados de matar a Fernando Báez Sosa entregó en sus primeras jornadas escenas conmovedoras. Una de ellas fue la carta que un testigo del crimen les escribió a los acusados e intentó leerla en voz alta durante la audiencia ante el tribunal, pero no lo dejaron.
Hablamos de de Marcos Acevedo, un taxista que declaró el jueves como testigo. Entre las cuatro páginas de la carta, a las que tuvo acceso la agencia de noticias Télam, les decía que "todavía están a tiempo de aliviar su alma".
"Hoy estoy acá, pero me hubiese gustado no estar, me hubiera gustado, por el contrario, que Fernando Báez Sosa cuente su verdad", dice uno de los párrafos del texto.
Y agrega en otro: "Quisiera recordarles a los acusados las acciones que los han traído a estas sillas (..) hoy es tarde para pedir perdón, sí, pero todavía están a tiempo de mostrar valentía y aliviar su alma porque su cuerpo y mente deben estar consumidos. Fue una salvajada. Aún tomados o alcoholizados, todos sabemos que una patada en la cabeza puede costar la vida. Fernando no recibió una, sino varias, y eso lo vi".
Por qué no lo dejaron leer la carta
Acevedo ingresó a la sala de audiencias para testimoniar acerca de lo que vio la madrugada del 18 de enero de 2020 en la puerta del boliche "Le Brique" de Villa Gesell. Tras sentarse frente a los integrantes del Tribunal Oral Criminal (TOC) 1 de Dolores y, una vez que tomó la palabra, les pidió a los jueces unos minutos para leer algo, explicó A24 en su sitio.
Los magistrados le explicaron que él había sido citado solo para declarar, que no podía hacer uso de la palabra para otra cosa y le pidieron a la fiscalía, que fue quien lo citó, que le explicara cómo es la ley al respecto. Tras ello, Acevedo debió declarar y se retiró de la sala sin poder leer el texto.