“Desafortunadamente, mi salud se ha deteriorado significativamente durante el año pasado. Ya no puedo proporcionar el nivel de rendimiento que se exige con razón a un director musical general”.
De este modo comienza la carta de renuncia del argentino-israelí Daniel Barenboim a la conducción de la Ópera Estatal de Berlín (la Staatsoper Unter den Linden Berlin), cargo que ocupaba desde 1992. El retiro se hará efectivo desde el 31 de este mes, por lo que pidió que se rescinda el contrato que lo vinculaba hasta 2027 a una de las instituciones musicales de mayor prestigio y reconocimiento del mundo.
“Los años nos han inspirado musical y personalmente en todos los aspectos. Creo que el Ópera y yo hemos sido muy afortunados el uno con el otro. Estoy particularmente feliz y orgulloso de que el Orquesta me haya elegido como su principal director de por vida. Nos hemos convertido en una familia musical a lo largo de los años y seguiremos siendo así”, señaló en la carta de despedida, en la cual aclaró: “Por supuesto, seguiré estrechamente conectado a la música -mientras viva- y estoy dispuesto a seguir dirigiendo en el futuro, también y especialmente la Orquesta de Berlín”. Entre los agradecimientos, le dedicó uno especial a su asistente personal, Antje Werkmeister. y a la ex canciller germana Ángela Merkel, aparte de otros funcionarios.
Durante el año pasado, el director y pianista debió renunciar a varios compromisos por problemas de salud, y en octubre anunció que padecía una “enfermedad neurológica grave”, sin precisar de qué se trataba. Pese a ello, el el 31 de diciembre y el 1 de enero volvió a ponerse al frente de la formación berlinesa para dirigir la 9ª Sinfonía de Beethoven en los dos conciertos de Año Nuevo, en los cuales fue ovacionado de pie en un teatro repleto.
El 15 de noviembre, el músico cumplió 80 años y ya lleva siete décadas como dedicado a ese arte. Además, Además, creó la fundación y la orquesta West-Eastern Divan, para promover la cooperación entre jóvenes músicos de Israel y de los países árabes.