06 Enero 2023
Disfruta de una nueva oportunidad en su carrera. Tras quedar libre de Huracán, el lateral derecho Ismael Quílez llegó a San Martín para un nuevo desafío y desde el primer instante en que estampó la firma junto al manager Alexis Ferrero, agradeció a la hinchada y sobre todo al club.
“Feliz por este nuevo desafío, feliz de llegar a este gran club. ¡Gracias @casmoficialok por abrirme las puertas! Todos por el mismo objetivo, a todo o nada. Vamos los ‘Santos”, fue el mensaje que publicó “Isma” en sus redes sociales. Además, también dejó un comentario en la cuenta oficial del club. “Gracias por esta oportunidad”, dijo el lateral.
Así empezó su camino el santafesino de 34 años, por los pasillos de Ciudadela. Con una sonrisa de punta a punta, todavía se pellizca para saber si no está soñando despierto. Sin embargo, más allá de toda esa algarabía de sumarse a un nuevo club, no desvía la mirada del objetivo.
“Las primeras sensaciones son excelentes, pero no esperaba menos porque ya me habían dicho del club, lo ordenado que estaba. La gente me demostró por las redes que está para apoyar y eso, es buenísimo”, aseguró Quílez. “Le dije a algunos compañeros en las charlas que hemos tenido, que este club es a todo o nada. No sirve otra cosa que no sea ascender y vamos a ir por ese objetivo”, advirtió el lateral que llegó para reemplazar a Nicolás Sansotre (todavía se recupera de la rotura de ligamentos cruzados).
Iniciado futbolisticamente en Colón, “Flechita” se volvió el jugador más regular del equipo en 2010. Tarea que lo llevó a ser convocado por Sergio “Checho” Batista a la Selección mayor para disputar un amistoso el 15 de noviembre de ese año ante Uruguay, en el estadio “Ciudad de La Plata”. Además, ganó la Copa Chaco ante Paraguay.
Ya sin lugar en el “Sabalero”, Ismael pasó a Quilmes, donde jugo dos temporadas para que un año después, se concrete su llegada a Racing, donde no jugó demasiado.
Aldosivi de Mar del Plata, fue el lugar donde Quílez obtuvo sus mayores logros. Allí disputó seis temporadas y consiguió dos ascensos a Primera División, el primero en 2014 y el restante en 2018, mismo año que ascendió el “Santo” a la Superliga.
“Ya lo había enfrentado a San Martín en su cancha y sé lo que se siente de local. Contento porque voy a tener eso a favor. Me encontré con un grupo que es intenso, que tiene ganas, que es humilde y con mucha hambre de gloria”, explicó el jugador que tuvo un entrenamiento especial para llegar en condiciones al club. “Si bien no he terminado jugando, por el párate de las fiestas y sin ritmo, venía entrenando solo y ahora poniéndome a punto de la mejor manera. Me siento muy bien, entero y con muchas ganas”, aseguró.
“Por ahí no puede prometer goles ni nada por el estilo, pero siempre el compromiso, el respeto hacia la camiseta. Me voy a jugar la vida en la cancha siempre pensando en el equipo y desde donde me toque sumar”, afirmó el lateral. Por su parte, también dejó en claro lo que significó para él recibir el llamado de un técnico como Iván Delfino.
“Es fundamental para uno y después del objetivo. Siempre he tenido desafíos muy grandes y busco eso. Este club lo es. Vamos a prepararnos para eso”, indicó.
“Por lo que hemos charlado, es una persona muy humilde. Ya lo conocía de haberlo enfrentado. Escuche sobre él y no me sorprendió en nada porque es tal cual me lo describieron”, dijo Quílez que no ahorró en elogios para “Grandote”.
Un verdadero fanático
Unido a las cábalas y el fanatismo, “Isma” no oculta toda su pasión por el anime japonés “Dragon Ball”. En su habitación, posee un estante repleto de figuras como Gokú y Vegeta, entre otros.
Jugando para el “Globo” intercambió un short por figuritas con un fanático. Pero, lo más recordado es el curioso bóxer “DBZ” de la suerte que utiliza en cada partido.
“Si, ya viajaron están acá en la valija, así que los voy a usar. Vinieron y esperemos que sigan cumpliendo su función”, bromeó el lateral que se pone como un niño al hablar del anime.
Por su parte, los hinchas “Santos” redoblaron la apuesta. “Cambio una colección de muñecos por camiseta”, fue la propuesta de un “santo”.
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