En la cuarta jornada del juicio contra ocho rugbiers por el asesinato de Fernando Báez Sosa declaró Virginia Pérez Antonelli, la joven trató de reanimar a la víctima con maniobras de RCP. Ella, además, fue testigo del brutal ataque en la puerta del boliche Le Brique.
Virginia Pérez Antonelli relató que había estado dentro de Le Brique y que salió después de una pelea que hubo en el boliche. Estaba en la puerta del local con unos amigos cuando los acusados atacaron a Fernando Báez Sosa.
“Me acerqué con otro chico, un civil, y le tomé el pulso (a Báez Sosa). Como no tenía, le empezamos a practicar. El chico se fue, pero llegaron dos o tres policías. Como hacer RCP cansa mucho y yo soy muy menudita, yo los iba instruyendo con mi voz para que lo hicieran ellos. Mientras tanto, yo le sostenía la cabeza a Fernando y le decía que por favor se quede conmigo”, declaró la joven.
Sobre el ataque precisó que dos personas le pegaban a Fernando mientras él se trataba de levantar. "Cuando me percaté de la situación ya se habían ido corriendo y fue cuando empecé a ver mucha gente alrededor", recordó.
Tras su contundente declaración contra los ocho acusados, Virginia Pérez Antonelli lloró y se abrazó con el padre de Báez Sosa y el tribunal impuso otro cuarto intermedio.
Caso Báez Sosa: la defensa de los rugbiers cuestionó la maniobra de RCP
Al salir del juzagos, la testigo dio detalles a la prensa sobre su participación en el debate: “Adentro me armé como un caparazón, soy una persona bastante dura, y cuando vi que me estaban atacando, yo avisé desde ante de entrar: no les conviene atacarme por ese lado porque yo tengo con qué defenderme”.
Luego, la joven habló sobre los cuestionamientos que le hizo la defensa de los acusados: “Me preguntaron si estaba certificada. Tuve que dar cátedra de RCP. Yo cuando vi que lo estaban haciendo demasiado brusco y atolondrado, dije yo me voy a encargar de sostenerle la cabeza y de ir indicándole a ellos cómo tienen que hacer, en qué velocidad y con qué fuerza, y que se encarguen porque yo lo hice un ratito, soy chiquita, y lleva mucho tiempo y mucha fuerza.
Al retomar los detalles sobre su declaración, la testigo dijo: “Hubo unos segundos de shock donde yo mantuve las manos en la cabeza (de Fernando) y no podía parar de mirarlo fijo a la cara porque le hablaba y le decía: ‘Quedate conmigo’. Se lo dije mirándolo a la cara para ver si reaccionaba.Fernando estaba sin respirar y sin conciencia”.