Fernando Marengo: “Con la inflación no se convive; es una estafa”

Fernando Marengo: “Con la inflación no se convive; es una estafa”

El economista evalúa la situación macroeconómica y reclama un plan antiinflacionario para superar la crisis.

Fernando Marengo. Fernando Marengo.

-¿Cómo ve la macroeconomía en este momento? ¿Cuáles son los principales desafíos que afronta el Gobierno?

-Desde agosto el Gobierno venía intentando que no hubiera pesos excedentes en la economía para no generar presión en el mercado cambiario. Pero como al principio tampoco había pesos para consumo, tuvimos una pequeña recesión que desaceleró la actividad económica. Por eso en octubre y noviembre el Gobierno empezó a aflojar el apretón monetario: hay más pesos circulando, la actividad no es tan recesiva, tenés presión cambiaria. Entonces me parece que la clave está en ese trade off entre el nivel de actividad económica y el tipo de cambio.

-¿El Gobierno va a tratar de evitar una recesión económica?

-Sí, pero todos los indicadores luces contractivos. Los precios internacionales están bajos y la suba de las tasas de interés hace que los capitales vayan hacia las economías desarrolladas. El mundo se está desacelerando y eso hace que haya menor consumo de materias primas también. Y tenés una sequía en puertas. Todo eso hace que solo queden las políticas fiscal y monetaria, pero si querés ser expansivo generás problemas en el mercado de cambio. Entonces quizá sea un año donde la gran intriga esté en qué va a pasar con la oferta de divisas, porque el Banco Central ya está presionado y solo puede esperar los dólares de la próxima campaña.

-¿Alcanzan las reservas para llegar hasta las PASO?

-Va a resultar clave lo que pase con la cosecha agropecuaria. De acuerdo con la Bolsa de Rosario, hay estimaciones según las cuales las exportaciones podrían alcanzar una pérdida de U$S 16.000 millones. Eso sería crítico porque la liquidez del Banco Central también está cerca de los U$S 16.000 millones, con lo cual para financiar el déficit de cuenta corriente tendrías que usar casi toda la liquidez. Aunque me parece que ese escenario es muy poco probable, en un escenario de U$S 10.000 millones de pérdida ya empezaríamos a ver aun más restricciones a las importaciones, con la consecuente caída de la actividad y una mayor presión sobre los precios.

-¿La pauta del 60% de inflación del Presupuesto es cumplible?

-La inflación podría ser inferior a la de 2022, que va a estar cerca del 100%, pero para que eso pase tendrías que profundizar el ajuste. Ya para tener una inflación en torno al 80% tendrías que tener una caída económica que no es sustentable políticamente.

-¿Entonces por qué el Presupuesto da esa pauta?

-Porque parte de la lucha contra la inercia inflacionaria tiene que ver con las expectativas. El hacedor de la política económica tiene una serie de problemas de expectativas que hace que no tenga más alternativa que poner como expresión de deseo una desaceleración de la inflación. Claro que después está la discusión acerca de si eso genera alguna expectativa real, de si alguien ajusta en base a lo que el Gobierno pone en el Presupuesto.

-¿Las promesas que hagan los candidatos de la oposición con más chances de llegar al poder pueden cambiar esas expectativas y desbaratar la estrategia del Gobierno?

-Sí, definitivamente, y creo que el ejemplo más claro es que el mercado no está dispuesto a colocar deuda más allá de las elecciones de este año. Como nadie sabe qué va a hacer el próximo Gobierno, nadie está dispuesto a demandar bonos posprimera vuelta. Hay que tener en cuenta todos los vencimientos de deuda en pesos que tiene el Gobierno por delante y que van creciendo mes a mes porque la única forma de financiar el déficit fiscal es con emisión de deuda. Es deuda indexada, que indexa por inflación o tipo de cambio, con lo cual claramente una declaración de un candidato con probabilidad cierta de ganar las elecciones podría agrandar esa bola de nieve de vencimientos o ayudar a frenarla.

-¿La devaluación del tipo de cambio es evitable en el corto plazo?

-En Argentina se habla de todos los tipos de cambio que hay, pero creo que al Gobierno le interesa sobre todo lo que yo llamo el dólar conurbano, que es el tipo de cambio que impacta en la canasta básica y la medición de la pobreza. El Gobierno va a evitar la devaluación de ese dólar conurbano porque es el que aumenta el precio del trigo, de manera que lo que podemos esperar es más desdoblamientos, siempre y cuando no afecten la canasta básica.

-Si se mirara más allá de los desdoblamientos, ¿cuál debería ser el pilar más importante de un programa de estabilización?

-Claramente la principal tarea debería ser bajar la inflación. Con la inflación no se convive; es una estafa al tenedor de pesos y hay que matarla. Para eso hacen falta cuatro cosas. La primera es eliminar el déficit fiscal, para que el Gobierno no tenga que emitir. La segunda es estabilizar el tipo de cambio en lugar de congelarlo, porque los argentinos pensamos en dólares y queremos ajustar los precios según el tipo de cambio. La tercera es desindexar la economía, porque si no sacás la inercia inflacionaria es imposible que logrés bajar la tasa de inflación. Esto significa, básicamente, que los contratos y los salarios se ajusten de acuerdo a las expectativas futuras del plan antiinflacionario y no por la inflación pasada. Y la cuarta es la flexibilidad de los precios a la baja. Quiere decir que si hay un shock externo, en vez de bajar los salarios en términos de dólares hay que hacerlo en términos nominales.

-Todo luce muy costoso en términos políticos.

-Habrá que ver si el próximo Gobierno está dispuesto a encarar la inflación desde el día uno para reducirla de manera veloz, en el corto plazo. La Argentina ya tiene experiencia en esto: sabemos lo que hay que hacer, pero hay que ver si estamos dispuestos a hacerlo como Gobierno y como sociedad.

-¿Cree que se pueden compatibilizar estas reformas que propone y la viabilidad política?

-Generalmente se dice que la Argentina aguanta las crisis, pero yo estoy completamente en contra de esa idea. Argentina no aguanta más: es un país en un proceso de decadencia secular y que año a año incrementa su pobreza. Y sin embargo yo también creo que en el fondo es bastante sencillo: la reforma se podría lograr con un Gobierno y una dirigencia que se comprometan con la población y reconozcan ese deterioro secular que ella experimenta. Después la única forma de salir es invirtiendo, y para invertir la única forma es que haya ahorro, y para que haya ahorro tenés que dejar de estafar a la gente y eliminar la inflación. Entonces creo que hacen falta dos cosas: el entendimiento del deterioro por parte del Gobierno y un compromiso con la gran clave, que es eliminar la inflación.

› Fernando Marengo

(San Miguel de Tucumán, 1971). Es economista jefe de BlackToro Global Investments y el estudio Arriazu Macroanalistas. Estudió Economía en la Universidad Nacional de Tucumán y Finanzas en la Universidad Torcuato di Tella. También es profesor de Macroeconomía en la Universidad Católica Argentina (UCA).

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