El arte se afirmó como refugio del capital en crisis

El arte se afirmó como refugio del capital en crisis

Algunas cifras que repuntaron en 2022. El optimismo de inversores y coleccionistas. Anuncian un nuevo museo en Argentina.

MARILYN. La serigrafía de Andy Warhol realizada en 1964 sobre la famosa actriz rozó los U$S 200 millones. reuters MARILYN. La serigrafía de Andy Warhol realizada en 1964 sobre la famosa actriz rozó los U$S 200 millones. reuters

2022 ha sido un año de grandes crisis. La guerra entre Ucrania (con OTAN-Estados Unidos) y Rusia involucró a casi todo el mundo a través de los precios del petróleo y el gas, la inflación, además de las pérdidas humanas.

Quien cree que no se trata de una guerra internacional se la pierde. Hasta en Argentina se arguyen los efectos de los misiles y bombas.

Pero existen refugios para algunos capitales; desde un punto de vista general son porcentajes mínimos, aunque pueden sorprender cuando, en este contexto, las grandes casas de subastas del arte presentan un balance de ventas históricas, sin precedentes.

De cualquier modo, debe precisarse que poco o nada se conoce de las ventas privadas, en las que se manejan otros precios y en la que participan gobiernos y administraciones, empresas. O las que se adquieren en bienales o ferias. Un ejemplo bastará por ahora: la jequesa de Qatar dispone por año más de U$S 1.000 millones para arte.

“Año épico”

Las empresas que estudian el mercado de arte han informado que en 2021 las ventas del arte en general sumaron U$S 67 mil millones, valores superiores a la pre-pandemia (Arts Economics, Art Basel y UBS Global en Art Report Market, tiene casi 2.500 consultores y encuestas a nivel global).

Hay otras ventas de las que nada se conoce: las que establecen los artistas con sus marchantes directamente.

La agencia argentina Telam caracteriza que 2022 “resultó un año épico para las subastadoras de arte, que dieron a conocer sus balances donde la casa Christie’s anunció un año récord con U$S 8.400 millones en ventas, al igual que su rival Sotheby’s, que alcanzó su máximo de U$S 8.000 millones (en el mismo ejercicio), cifras nunca antes logradas en la historia” (puntualizo: en esas cifras se incluyen muebles y antigüedades, no solo arte).

“Tres ventas en particular, las de las colecciones Allen y Macklowe, más un retrato de Marilyn Monroe de Andy Warhol que alcanzó casi U$S 200 millones, convierten el año de la guerra de Ucrania y de la inflación desatada en el más caro de la historia del mercado del arte. Pese a la amenaza de una recesión, los millonarios mundiales siguen invirtiendo en obras cuyo valor se incrementa con el paso del tiempo”, analiza el diario “El País” (España). El diario español tiene claro cuando califica a las operaciones de inversiones.

La colección del fallecido Paul Allen, cofundador de Microsoft, vendió alrededor de 60 piezas por U$S 1.500 millones. Allí se encontraban pinturas de Sandro Boticelli (renacimiento), Claude Monet (impresionista), Paul Cezanne (posimpresionista), un collage de Jasper Johns (pionero del pop art) y una obra de Guillermo Kuitca (el argentino superó su anterior récord de medio millón de dólares).

El divorcio del millonario matrimonio Macklowe aportó al monto final más de U$S 900 millones.

Se podría, a la hora de los títulos, escribir: un año de récords, o el mercado mantiene una tendencia alcista, ni la guerra ni la recesión pueden con el arte o el que vengo repitiendo desde hace algunos años: el arte, refugio del capital en crisis.

Es que además de los coleccionistas como el matrimonio divorciado, o los Rockefeller, y Paul Allen, entre varios; pocos otros figuran en las subastas públicas con nombre y apellido y por lo general realizan sus ofertas anónimas.

Datos

A- La serigrafía de Andy Warhol se posicionó como la más cara del Siglo XX. Y la segunda de toda la historia del arte: el cuadro de Leonardo Da Vinci (“Salvador Mundi”) fue adquirido a casi U$S 450 millones por un príncipe árabe en 2017, y se mantiene primero. El trabajo de Warhol pertenecía a la Fundación Thomas y Doris Amman de Zurich. Y la porción de la colección de Allen a otra que, luego de su muerte, dirigen sus familiares, porque no tenía herederos.

B- Qatar. La jequesa Al-Mayassa, hermana del Emir (nacida en 1983) es fundadora y presidenta de Qatar Museums y Doha Film Institute. Dispone más de U$S 1.000 millones al año para adquirir arte contemporáneo, lo que seguramente gran parte de la prensa del mundo pudo observar y escribir en ocasión del reciente mundial de fútbol. Los periodistas atentos se asombraban desde el mismo aeropuerto, con las esculturas de artistas internacionales. Y los museos fueron más atractivos que la llamada La Perla, una mezcla de kitsch y mucho dinero. Richard Serra, Jeff Koons y Damien Hirst son los artistas más famosos que construyeron obras contratados por la jequesa.

C- La última actividad del año, Art Basel Miami, publicó un balance de ventas, sin dudas, positivo. Millones de dólares, y con galeristas entusiasmados con este año 2023.

D- Según los informes de las casas de subastas de los compradores en 2022, el 35% eran nuevos y, de ellos, el 34% eran millennials, (nacidos en las décadas de 1980 y 1990). Según explicaron, esta nueva generación de coleccionistas es contactada principalmente a través de la plataforma on line, teniendo en cuenta que son clientes que pasan su tiempo en TikTok, WeChat, Red e Instagram. Además, el 75% de las ofertas realizadas en las subastas fueron digitales. El mercado chino es el segundo del mundo detrás del de Estados Unidos y le sigue Reino Unido.

Otro Malba

E- Hace pocos días el empresario inmobiliario y coleccionista Eduardo Costantini anunció un nuevo Malba en provincia de Buenos Aires (Escobar), con una inversión de U$S 5 millones y destinado a artistas contemporáneos. En la colección y exposición permanentes, ya tiene su espacio el tucumano Gabriel Chaile, con las cinco obras monumentales compradas en Venecia.

F- La feria arteBA anunció para septiembre una nueva edición en Costa Salguero, un dato que solo indica que el mercado- mercadito en la Argentina se mantiene. No hay información oficial sobre las ventas, sí sobre la cantidad de asistentes (65.000 personas, cuando hasta 2017 los asistentes sumaban 90.000). ¿Dos millones de dólares? ¿Un poco más, tres? Nada significativo en términos generales.

Espacios y galerías
En Tucumán se sobrevive

Si en Buenos Aires con sus decenas de galerías y centenares de artistas y la feria arteBA no se sabe si hablar de mercado de arte, o mercadito, qué decir de esta provincia, en la que los espacios de exhibición oficiales son cada vez menores, y se aguarda la reapertura del Museo Timoteo Navarro.

Pero todavía así, 2022 comenzó con la inauguración de una galería de arte moderno, Fausto, ubicada en Barrio Norte. Segundo Ramos y Lilia Peña han trabajado en diferentes proyectos en el Centro Cultural Rougés y ahora son socios en este pequeño local que puede contener obras internacionales como un grabado de David Siqueiros o del dibujante Lajos Slazay. Pueden encontrarse dibujos y pinturas de Lino Spilimbergo, Aurelio Salas, Juan Carlos Castagnino, Víctor Rebuffo, Benito Quinquela Martín, Juan Carlos Iramain, Guillermo Rodríguez, Víctor Quiroga, Ezequiel Linares e Iván Ríos, entre otros.   El Taller, también en Barrio Norte, no disminuyó su actividad. Y sus locales en esta ciudad y en Yerba Buena funcionaron con diferentes muestras, participando incluso en la Semana de Artes Visuales con una propuesta contemporánea. Hasta el 10 de enero largó una sale.

En El Abasto se consolidó un par de cuadras donde en dos talleres se trabaja, se expone y se vende. Pero a ellos debe sumarse un par de docenas, al menos, de artistas que viven o sobreviven del arte, más allá de aquellos que se ganaron becas y premios en salones.

En Tafí Viejo, Fulanas es una galería que realizó también un balance positivo del año y que obtuvo su espacio en arteBA.

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